10/08/2025
🎬🍿| DESDE LA BUTACA | Weapons (La noche de la desaparición) — El terror que acecha en lo cotidiano 😲
En el vasto mapa del cine de terror contemporáneo, pocas películas han logrado combinar la tensión del horror con la disección de la vida suburbana como lo hace WEAPONS (o «La noche de la desaparición» en latinoamérica, porque hay que hacer doblajes bien largos de los nombres originales).
Dirigida y escrita por Zach Cregger, esta obra se aleja de los sustos fáciles para construir un mosaico inquietante donde múltiples historias se cruzan en torno a un misterio perturbador: una desaparición masiva que sacude a una comunidad aparentemente tranquila.
Con una gran dirección que apuesta por la fragmentación, Cregger, conocido por su sorpresivo debut en Barbarian, eleva la apuesta con una narrativa dividida en capítulos. Dándole al espectador un papel en la trama, porque lo vuelve partícipe; una especie de detective que recibe el rompecabezas.
Con esta «simple» decisión técnica en su narrativa, el director te invita a sentir la pasión con la que hizo la película, y eso siempre se agradece.
Cada segmento nos presenta a un personaje distinto, pero todos comparten un hilo común: la sensación de que algo siniestro se esconde detrás de lo familiar.
El guion avanza con calma, sembrando dudas, desconfianza, giros, teorías… hasta que lo cotidiano se vuelve amenazante.
El toque final, con tintes sobrenaturales, ha dividido a la crítica, pero confirma la voluntad del director de arriesgar.
La fotografía destaca porque te hace ver lo siniestro bajo la luz del día.
El trabajo visual de Larkin Seiple es uno de los pilares del filme. Sus encuadres, aparentemente sencillos y básicos, lo parecen porque es lo que la película necesita. Sin caer en lo pretencioso, sus tomas y colores logran enmarcan la tensión en lugares tan corrientes como una tienda de abarrotes o un pasillo vacío. La luz natural, casi anodina, acentúa el contraste cuando la historia entra en terreno oscuro. La cámara no busca el impacto gratuito; prefiere el acecho lento, el silencio que incomoda. Una vez más, te involucra en la película. En muchas ocasiones, te hace sentir que estás ahí.
El elenco está encabezado por Julia Garner, quien interpreta a Justine Gandy, una profesora marcada por la culpa y el alcoholismo. Garner logra transmitir una vulnerabilidad que se mezcla con fuerza interna y al mismo tiempo con cinismo y egocentrismo, convirtiéndola en el ancla emocional y moral del relato.
Josh Brolin (sí, Thanos) brilla como un padre dispuesto a todo por encontrar respuestas, mientras lucha con demonios internos.
Alden Ehrenreich aporta matices como un policía atrapado entre la ley y el caos laboral y personal.
Y Austin Abrams añade momentos de respiro con un humor sutil pero necesario y, sobre todo, natural y disfrutable.
Amy Madigan, en un papel más breve pero elegante, deja una huella memorable. A tal punto que se siente incluso como un homenaje o referencia al hermoso cine giallo.
La música y el sonido se preocupan más por la atmósfera antes que sobresaltos (te estoy hablando a ti, saga de El Conjuro), y eso es algo que personalmente, siempre agradeceré en una película de horror.
Y es que en verdad, la banda sonora —compuesta por Cregger junto con los hermanos Holladay— crea una tensión constante sin recurrir a estridencias. Incluso canciones como «Beware the Darkness» de George Harrison introducen un contrapunto irónico: la calidez de un clásico en medio de un escenario cargado de incertidumbre.
Si bien gran parte del metraje se sostiene en un suspense impecable, el desenlace —que abraza lo místico y lo bizarro, rayando en humor negro— puede generar opiniones encontradas.
Por un lado bien podría ser un cierre perturbador y hasta poético; tanto visual como en narrativa.
Pero para otros, podría resaltar una salida que rompe la lógica establecida. Lo cierto es que, guste o no, deja una marca en el espectador.
Entonces, a modo de conclusión, Weapons no es una película para quienes buscan sustos fáciles. Es un ejercicio de horror atmosférico, más interesado en incomodar que en asustar. Se siente por momentos, incluso, como una crítica social.
Su mayor acierto está en —no solo mostrarnos— hacernos partícipes de esta película donde vemos que el terror puede habitar en lo cotidiano, y que a veces, lo más escalofriante no es lo que vemos… sino lo que, al no poder ver, imaginamos… y muchas veces nuestras ideas nos engañan.
Si ya viste la película cuéntanos qué te pareció o si la vas a esperar en alguna plataforma.
Yo me despido de ti, deseándote un gran domingo. Aún estás a tiempo de ir a verla.
✏️NickMadela::..