28/10/2025
¡El Maíz no Cuesta lo Mismo para Todos! 🌽
La Verdad Detrás de la Crisis del Campo Mexicano 📰
El corazón del campo mexicano está en crisis, y el problema principal es muy claro: las grandes corporaciones anteponen su ganancia al sustento de nuestros agricultores.
¿Quiénes se Oponen a un Precio Justo?
La resistencia a pagar un precio digno por el maíz y el sorgo proviene de un grupo de gigantes empresariales conocidos como la agroindustria.
Empresas Señaladas: Corporaciones como Gruma, Minsa y la multinacional Cargill, entre otras, son las principales compradoras de estos granos.
Su Beneficio: Al no existir un precio de garantía adecuado, estas empresas se benefician comprando el grano a precios muy bajos (a menudo por debajo del costo de producción del agricultor), lo que maximiza brutalmente sus utilidades al vender productos derivados como la harina y la tortilla.
Las Armas de la Agroindustria
Acaparamiento: Compran grandes volúmenes a precios de ganga justo después de la cosecha, actuando como intermediarios especuladores.
La Amenaza de la Importación: Recurren a importar maíz amarillo (principalmente de EE. UU.) para presionar a la baja el precio del maíz nacional, argumentando que lo necesitan para el sector ganadero. Esto inunda el mercado y anula la capacidad de negociación del productor mexicano.
Miedo al Precio Final: Las empresas argumentan que pagar un mejor precio al agricultor obligaría a subir el precio de la tortilla, usando al consumidor como escudo para proteger sus márgenes de ganancia.
La Consecuencia: Un Campo en Lucha
Ante esta presión industrial y la falta de ingresos, los agricultores están al límite:
Pérdidas: El precio que se les paga no cubre sus altos costos de insumos (fertilizantes, combustible).
Protestas: La única opción que les queda es movilizarse, bloquear carreteras y centros de acopio, exigiendo un precio de garantía que les permita vivir y seguir sembrando.
El Movimiento no es Solo por el Maíz, es por la Soberanía Alimentaria. Si no se garantiza un precio justo, los agricultores dejarán de sembrar, condenando a México a depender totalmente de las importaciones. Apoyar el precio justo es apoyar a la economía local y nuestra identidad.