20/07/2025
O ERES EL DUEÑO… O EL DIRECTOR.
Pero no los dos. Y mucho menos al mismo tiempo.
Muchos creen que el problema es el tiempo.
Pero el verdadero problema es el rol que elegiste jugar.
Si te la vives apagando fuegos, decidiendo todo, corrigiendo a todos, validando cada cosa…
Entonces no estás liderando una empresa.
Estás dirigiendo un caos que tú mismo justificas.
Y aunque tu tarjeta diga “Dueño y Director General”, la realidad es que no eres ni uno, ni el otro.
Porque cuando tú mismo te nombraste “director” para poner orden…
en realidad no sabías lo que eso implicaba.
Te auto-llamaste Director como un bombero se pone casco: para sobrevivir a la emergencia.
Pero eso no significa que estés siendo un verdadero Director.
El verdadero Director:
Tiene visión operativa clara.
Alinea equipos y áreas a objetivos concretos.
Toma decisiones estratégicas basadas en datos.
Establece metas trimestrales y da seguimiento con firmeza.
Exige resultados y rinde cuentas al consejo…
Pero no a sí mismo.
Cuando tú eres el Dueño y también el Director…
Eres juez y parte.
El que planea, ejecuta, se supervisa y luego se perdona a sí mismo por no lograrlo.
¿Quién te va a cuestionar? ¿Tú mismo?
Por eso no avanzas.
Las funciones del DUEÑO no son las mismas que las del DIRECTOR.
🔷 Al Director le toca:
Organizar el presente.
Operar con resultados.
Ejecutar el plan.
Coordinar al equipo.
Rendir cuentas con evidencia.
🔷 Al Dueño le toca:
Pensar en el futuro.
Proteger la esencia del negocio.
Multiplicar el valor.
Cuidar la cultura.
Elegir al director correcto (aunque no seas tú).
Y sobre todo: construir algo que funcione sin él.
Cuando eres Dueño y Director al mismo tiempo, no solo estás malgastando energía:
Estás saboteando tu empresa desde dentro.
Porque mientras estás metido validando presupuestos,
nadie está soñando en grande.
Mientras tú das órdenes,
nadie se atreve a tomar decisiones.
Mientras tú estás presente…
la empresa no crece, solo respira lo justo para sobrevivir otro mes más contigo encima.
La solución no es delegar.
Es evolucionar.
Tú no necesitas más tiempo.
Necesitas más CLARIDAD.
Y el valor para dejar de ser el director improvisado de tu propia empresa
para convertirte —por fin— en el DUEÑO que tu empresa necesita.
📍 Si esto te confrontó, es buena señal.
Lo estás sintiendo porque ya estás listo.
Es hora de dejar el personaje operativo…
y tomar el lugar que verdaderamente te corresponde.