07/11/2025
La cueva de las manitas. Cuicatlán, Oaxaca
Se trata de una cueva grande, con una boca de aproximadamente 30 m de longitud, 8 de altura y cerca de 15 de profundidad, ubicada en la parte superior de una barranca, desde la cual se domina hacia el oriente un espléndido paisaje natural. Presenta en su interior complejos motivos de pintura rupestre, y en el estrato superior evidencias inequívocas de presencia humana por largo tiempo. Éstas incluyen construcciones rústicas de pequeños muros de adobe, restos de fogones y pequeños conglomerados de fibras, probablemente de maguey masticado.
Todo el interior de la cueva presenta un mural compuesto de diferentes elementos que fueron en parte pintados sobre áreas ahumadas. Entre los motivos sobresalen cientos de manos humanas en grupos, que van desde el suelo hacia la boca de la cueva, pintadas al positivo con pinturas roja, amarilla y blanca, y al negativo sobre muro ahumado y con pintura amarilla impregnada por aspersión sobre manos humanas, izquierdas y derechas, de diferentes tallas.
La imagen central y predominante en el mural la constituyen dos serpientes en color rojo, cuyas cabezas (figurativas más que realistas) se encuentran enfrentadas en actitud de ataque, al centro de la composición. Los cuerpos se prolongan hacia los lados, a lo largo de la pared natural, hasta un punto en que se convierten en una grieta natural de la que en época de lluvias sale agua; al final, la cola forma un gancho hacia arriba. Sobre una de las serpientes se aprecian pequeñas líneas verticales por medio de las cuales se trató posiblemente de representar plumas.
Robles García, Nelly M., “La cueva de las manitas. Cuicatlán, Oaxaca”, Arqueología Mexicana, núm. 155, pp. 72-78.
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