
09/07/2024
𝐋𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐥 𝐥𝐢𝐧𝐤 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐬𝐢 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐥𝐚.
Agradecemos a la persona que nos envió éste librito y le ofrecemos una disculpa por terminar de leerlo hasta ahora.
Aunque no somos críticos literarios, podemos decir que éste es un relato por lo menos diferente a otros que se han escrito sobre la bella ciudad de Pachuca, aunque el autor nunca la menciona. Pero, por la descripción de los lugares donde ocurren los hechos paranormales que relata y, obviamente, por el título creemos que es así.
Y, así como el ajedrez no es para las almas tímidas, éste librito tampoco.
En una pequeña ciudad minera (adivinen cual), el protagonista busca los orígenes de sus leyendas, pero, sin darse cuenta, se involucrado en una aventura espeluznante. Una aventura interior donde tendrá que enfrentarse a sus propios demonios y luchar contra ellos cuando ya lo ha perdido todo.
Narrada en un tono psicológico enfebrecido, cabe preguntarse si lo que narra sucedió realmente o sólo en su trastornado cerebro.
Después de conocer a su compañera de aventuras, quien funge como guía en ese recorrido por algunas minas abandonadas, la cual resulta ser una vampiresa ninfómana, se obsesiona con ella y a causa de sus aventuras pierde lo mas preciado en su vida. Pero, queda la duda de si éste diabólico personaje no es en realidad su propia conciencia manifestada en su delirante cerebro. Personaje que se presentaría como símbolo de sus propias ambiciones y deseos más reprimidos.
En fin, les dejamos un delicioso extracto para que lo disfruten y vean si se animan a leerlo completo.
"Ahora su voz no se sentía entusiasmada, hablaba con calma y su tono era más bien reverente, como si en vez de instruirme sobre la naturaleza abominable del fenómeno pétreo estuviera entonando alguna letanía de incomprensible significado, pues a la descripción de algún rasgo del grabado seguía una frase de una lengua desconocida. Este detalle me pareció una manía en su manera de hablar, pues absorbida mi mente por lo sucedido en el camino me fue difícil reflexionar en el hecho de que mi acompañante casi nunca hablaba. Mi atención estaba posada en el esbelto perfil erecto de su figura, era perfecto y sólo sobresalían sus nalgas escurriendo lentamente desde la cintura para formar un montículo sensual y perderse abruptamente desde su máxima altura en el inicio de unos muslos turgentes y largos… Volteó a mirarme con reproche, pero éste se desvaneció enseguida y sus párpados se entrecerraron y bajó la mirada nuevamente a mi cintura para girarla bruscamente hacia la piedra. Siguió con la descripción de aquella monstruosidad. Mientras escuchaba la narración de cómo después de algunas muertes inexplicables en el interior de una mina cercana los mineros adoptaron la costumbre de pasar por la caverna para saludar primero al espantoso demonio labrado en la piedra antes de bajar a las entrañas de la tierra, mi sangre empezó a ser invadida por un ligero hormigueo, como si las motas de polvo que flotaban se fueran introduciendo en mi nariz produciendo un escozor en mis venas y nublando mi razón.
Esa voz de suaves inflexiones rozaba mi cerebro con indolencia y sobre la piedra las motas de polvo empezaban a danzar y a girar agrupándose para animar informes volutas que se fueron transformando en la representación de un abismo de cuyo fondo emergían gritos demenciales y grotescos… Y flotando recortado contra la oscuridad se abrió un túnel milenario en cuyo interior iluminado con intensad se veía un grupo de hombres cuyas ropas eran de alguna época muy lejana, girando y gritando embrutecedoramente alrededor de aquella misma piedra frente a la que estábamos parados, pero en la visión era blanca y pulida, en cuya superficie pasaban velozmente reflejados fragmentos de rostros o partes de cuerpos de los danzantes al son de sus propios gritos demenciales; de pronto empezaron a flagelar a la piedra con cuerdas y palos y aullaban con más furia y se desgarraban las ropas sangrando sus pechos con la uñas hasta arrancarse trozos de piel que aventaban contra la faz de aquel ser proveniente de los más apartados rincones del insondable universo…
Sintiendo el aire removiéndose alrededor veía la superficie cruzada por líneas sanguinolentas y cubierta por sangre y viscosos trozos de carne humana que resbalaban asquerosamente hasta el suelo amasado; de la roca brotaron temblorosos destellos enceguecedores y lujuriante apareció la figura demencialmente blasfema de un ser con largos y retorcidos cuernos emergiendo sarcásticamente de una cabeza deforme, con rasgos apenas reconocibles por la cantidad de protuberancias y pelos de que estaba cubierto, pero, bajo una frente hinchada y de unas delgadas y retorcidas cejas la escarlata y fría mirada de dos diminutos ojos ardientes paralizó al grupo. Sin embargo, exhaustos y jadeantes los hombres mantenían en su propio rostro una expresión confortante y complacida mezclada con la más aberrante satisfacción.
Los cuerpos ubicados en el borde del túnel se movieron de manera que unos salieron de escena y otros se replegaron contra la piedra al tiempo que un cuerpo pálido y esbelto apareció como arrojado desde fuera y cayó brutalmente azotado contra el suelo dando su cabeza contra la piedra inmunda. Los demás se abalanzaron sobre aquel y antes de que pudieran ocultarlo por completo se alcanzó a notar que era un cuerpo joven y femenino…
La nauseabunda sensación de burbujeo en mi estómago me obligó a salir corriendo entre el polvo levantado por una corriente de aire que no provenía de afuera. Voltee para ver si mi compañera me seguía pero permanecía inmóvil con la mirada fija en aquel punto desconocido, pues ya no se veía el túnel flotando sobre la roca pero ella parecía seguir contemplando con placer y restregando sus piernas una contra otra la representación de alguna imaginaria escena cuyo desenlace yo no hubiera tenido valor para observar.
Permanecí un breve momento con la frente sobre el antebrazo apoyado en el ardiente cofre del coche y al sentir que la barbilla se me quemaba me levanté bruscamente. En la oscura boca del túnel aparecieron los botines puntiagudos y conforme avanzaban fue asomando la figura de aquella mujer esbelta cuya blancura reverberaba contra la sombra como si el polvo se desprendiera de su piel y su pelo se levantaba igual que su vestido. Sus cejas fruncidas y su mirada dura y brillante puesta en mí sin apartarla mientras se acercaba me provocaron un temblor incierto en las rodillas y mi lengua reseca se removió entre los dientes.
Por primera vez estábamos de frente y tan próximos que sus diminutos senos rozaban mi pecho; podía sentir su respiración caliente en mi boca y sin esperar sus indicaciones metí las manos bajo la ansiada tela gris del vestido y acaricié sus nalgas… Eran duras y suaves al mismo tiempo y las estrujé con todas mis fuerzas hasta enterrar mis uñas en su piel rasgándola instintivamente; sonrió sacando la punta de la lengua y mordiéndosela con los labios fruncidos y su mirada ambiciosa exigió más presión; sus piernas frías abrazaron las mías mientras con un brazo se colgaba de mi hombro y metía la otra mano en mi bragueta."
Por último, ¿conocen ustedes alguna mina en Pachuca la Bella Airosa donde hubiera algún demonio a quien los mineros tenían que castigar para que no los molestara en su trabajo?
𝐋𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐥 𝐥𝐢𝐧𝐤 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐬𝐢 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐥𝐚.