17/09/2025                                                                            
                                    
                                                                            
                                            El legado de Chu-Tripas: Una tradición de sabor y esfuerzo en Parral 
El secreto de su elaboración es hacerlas con gusto y ofrecer un producto de calidad y limpieza, esto le ha dado fama y confianza entre sus clientes
Javier Cruz: 
Las tripitas como mejor se le conocen forman parte de una tradición gastronómica de Parral, la familia Corral Molina es una de las iniciadoras de promover este suculento platillo
Las tripitas, como se les conoce popularmente, forman parte de una tradición gastronómica profundamente arraigada en Parral, Chihuahua. Uno de los pilares que ayudó a popularizar este suculento platillo es la familia Corral Molina, encabezada por Jesús Manuel Corral, mejor conocido como “Chu-Tripas.
Chu-Tripas creció en una época en la que este platillo apenas comenzaba a ganar popularidad. Según comenta, el secreto de unas buenas tripitas no es un condimento especial, sino prepararlas con gusto, calidad y, sobre todo, limpieza. Esa dedicación le ha ganado la confianza de sus clientes, convirtiendo su puesto de tacos en un emblema local.
Una historia que comienza con esfuerzo
Todo empezó hace más de 50 años, cuando su madre, Doña Aurelia Molina —originaria de Durango junto con su esposo, Don Manuel Corral decidió instalar un modesto puesto de tacos de tripitas en la calle Juan Rangel de Biezma. La familia había migrado a Parral en los años 50, cuando Don Manuel, trabajador minero en el municipio de Indé, continuó su labor en la mina La Prieta.
Con siete hijos que alimentar, el puesto de Doña Aurelia fue una bendición. Su hermano, Antonio Molina, introductor de ganado en el rastro municipal, le proveía las tripas. Así comenzó todo. Chu-Tripas, siendo apenas estudiante de secundaria, tuvo que ayudar a su madre desde los 11 años.
De necesidad a pasión
En aquellos años, las tripas eran un ingrediente barato y poco apreciado. Chu recuerda que en las décadas de los 70 y 80 había pocos puestos que las ofrecieran. Con el tiempo, sin embargo, los tacos de tripitas se convirtieron en un manjar muy buscado, especialmente después de los bailes o en reuniones nocturnas. La creciente demanda elevó su precio y transformó este platillo humilde en uno muy valorado.
“Realmente no tienen chiste —dice— son tripas guisadas en aceite. Pero hay que hacerlas con gusto, con amor y mucha limpieza. Eso es lo que hace la diferencia.
Un negocio que cambió vidas
Gracias a este oficio, Chu-Tripas pudo sacar adelante a su familia. Se casó joven, a los 20 años, y su esposa tenía 18. Tuvieron tres hijos: dos mujeres, hoy maestras, y un hombre que se graduó como ingeniero. Todo ello fue posible gracias a su dedicación, constancia y al amor por su trabajo.
Su puesto de tacos no solo ha sido su sustento, sino también una ventana al mundo. Ha atendido a todo tipo de personas: desde trabajadores humildes hasta gobernadores y figuras del deporte y los medios de comunicación. A todos los trata por igual, con respeto y sencillez.
“No hay persona que valga más que otra. En mi negocio entra todo tipo de gente y a todos se les atiende con gusto. Uno debe ser como el peluquero: hay que agarrar la plática, escuchar, como si uno fuera psicólogo.”
Un emblema de Parral
Sus tacos han conquistado a miles, incluidos exgobernadores como César Duarte, Javier Corral y Reyes Baeza; el primer obispo de Parral, José Andrés Corral Arredondo, quien los pedía “bien doraditos, como chicharrón”, dando origen al famoso término “al punto Obispo”. También ha atendido a figuras como la judoca Vanessa Zambotti, el Pantera Rodríguez, y comunicadores como Tony Villalobos y Don Eloy Morales.
A pesar del éxito, Chu sigue fiel a sus raíces. En 2008, cuando muchas familias perdieron sus hogares en un incendio, él y su familia llevaron su puesto montado en una camioneta al lugar del siniestro, y durante tres días regalaron tacos a quienes trabajaban en la limpieza. “Uno nunca sabe cuándo va a necesitar de los demás”, reflexiona.
Durante muchos años también patrocinó equipos de fútbol, algunos de los cuales llegaron a ser campeones. Cree firmemente en la solidaridad: “Todos necesitamos de todos”.