12/11/2025
Dejan ciegos a más de 40 en Monclova, se operaron en el IMSS
Decenas de familiares de pacientes que resultaron afectados por cirugías de cataratas realizadas en la Clínica 7 del IMSS se manifestaron este martes a las afueras del hospital, exigiendo la destitución del médico responsable y atención inmediata para las víctimas.
De acuerdo con testimonios recabados, al menos 72 personas habrían sufrido daños severos en la vista tras someterse a procedimientos oftalmológicos efectuados entre el 25 y el 29 de septiembre, durante una campaña de cirugías de cataratas.
De ese total, 42 pacientes han perdido por completo la visión, según informó Adriana López del Bosque, vocera del grupo de afectados.
“No fue un error aislado, fue una cadena de negligencias, la mayoría de los pacientes quedaron con daños irreversibles, y algunos incluso perdieron el ojo”, expresó López del Bosque, quien denunció que su madre, Marta del Bosque, de 71 años, es una de las víctimas directas.
Los pacientes proceden de Sabinas, Múzquiz, Nueva Rosita y otros municipios de la región carbonífera, y presentan graves complicaciones como desprendimiento de retina, restos de catarata no retirados, colocación de lentes inadecuados y diagnósticos equivocados que impidieron una atención médica oportuna.
Los manifestantes responsabilizan directamente al oftalmólogo Juan Carlos Ramírez Vargas, quien aseguran, sigue operando con normalidad pese a las denuncias.
También reprocharon la actitud de las autoridades del IMSS, a quienes acusan de minimizar el problema y negar la existencia de quejas formales.
“La subdirectora de la clínica, la doctora Gema, se ha negado a recibir a las familias y asegura que solo se trata de un caso aislado”, relató la portavoz.
Además, los afectados solicitaron ser trasladados a la Clínica 25 de Monterrey para recibir tratamientos especializados, pero denunciaron que las citas están programadas hasta 2026, dejando a los pacientes en una situación crítica.
El caso de Marta del Bosque ilustra el sufrimiento que viven los afectados, tras su operación, padeció dolores intensos y pérdida gradual de la visión, pero en la Clínica 7 le aseguraban que solo tenía el “lente sucio”.
Al acudir con un especialista particular, se descubrió que tenía restos de catarata y daño severo en la retina.
En Monterrey, una doctora le confirmó que el desprendimiento de retina ocurrió durante la primera cirugía, sin posibilidad de revertirlo.
“Si la hubieran atendido a tiempo, podría ver, hoy depende completamente de nosotros, perdió su independencia y su ánimo”, lamentó su hija.
Los manifestantes advirtieron que seguirán alzando la voz hasta que el IMSS reconozca la magnitud de la negligencia, sancione a los responsables y garantice atención médica, reparación del daño y justicia para todas las víctimas.