12/06/2025
😂😂😂😂
Los ciudadanos ya no se las creen jajajaja
Julio long dejó a sabinas en las mismas cuando fue alcalde ahora que está en otra posición quieren hacer su santa voluntad apoyen a los alcaldes de los municipios para que los ciudadanos avancen.
Recuerden que son trabajadores de la gente.
Y se deben a la gente.
Crónica de un Techumbre Anunciado: La Novela que ya Nadie Compra
En el gran teatro de la política de Piedras Negras, donde las lealtades son más frágiles que un techo de lámina en un huracán, se ha reestrenado una vieja obra con nuevos actores. El libreto, publicado a modo de comunicado oficial por la siempre fiel gaceta palaciega, "La Rancherita del Aire", nos presenta un relato de heroísmo y gestión pública titulado: "Sonia y Memo gestionan 50 MDP". Una pieza conmovedora, si no fuera porque el público, lejos de ser ingenuo, ya se sabe de memoria cada línea de este predecible drama.
Acto I: La Traición bajo el Sol
La escena se abre hace 81 días. El sol, inclemente como la crítica pública, cae a plomo sobre los patios de las escuelas. En el Congreso, se presenta una propuesta simple, casi plebeya: agilizar la construcción de techumbres para que los niños de Piedras Negras no se derritan como helados olvidados en la banqueta. El alcalde de la ciudad, Jacobo Rodríguez del partido rival, impulsa la iniciativa.
Y entonces, el giro dramático que ya todos esperaban. Nuestro protagonista, el diputado Guillermo "Memo" Ruiz, del partido de toda la vida, el PRI, se levanta y, con la solemnidad de un emperador romano, vota "NO". Su voto detiene en seco la esperanza de miles de niños. El clamor es inmediato. ¿Por qué un representante del pueblo le negaría la sombra a sus niños?
Memo, acorralado, improvisa una línea digna de un villano de telenovela: "¡Había irregularidades!". Acusa, sin pruebas, que los proyectos del municipio eran turbios. El alcalde, perplejo, responde que espera, hasta el día de hoy, la notificación de dichas irregularidades por parte del ICIFED. Un organismo, dicho sea de paso, convenientemente dirigido por Julio Long, un ex-panista ahora flamante priísta, cuyo silencio cómplice durante 81 días fue la pausa dramática perfecta para que la traición se cocinara a fuego lento.
Acto II: El Milagro de la Conversión
Y aquí, querido lector, es donde la nota de "La Rancherita" entra en escena. Tras casi tres meses de calculado olvido, nuestros héroes, Memo y su compañera, Sonia Villarreal —exalcaldesa de la ciudad por el mismo PRI y veterana de mil batallas tricolores—, reaparecen bajo los reflectores.
¡Y qué reaparición! Vienen con 50 millones de pesos "gestionados" por ellos. ¡Oh, milagro! ¡Oh, epifanía divina! Los mismos que dijeron "no" a las techumbres por "irregulares", ahora son los paladines de la infraestructura. Las declaraciones son poesía pura: "Estamos cerca de la gente", "tenemos un gobernador preocupado".
Pero el libreto no se limita al papel prensa. En el backstage digital, la maquinaria se activa. Un zumbido recorre los chats de WhatsApp. El mensaje, dirigido a los beneficiarios de los programas "Mejora" —aquellos que reciben huevos y leche—, es una orden disfrazada de sugerencia: "Comenten la nota. Alaben al gobernador. Agradezcan a sus serviles gestores". Y así, como por arte de magia, los muros de las redes sociales se llenan de un coro de gratitud prefabricada. Un aplauso digital a cambio de una despensa.
Acto III: El Desenlace y la Moraleja que Insulta la Inteligencia
¿Qué nos revela esta puesta en escena? El guion es tan transparente que insulta la inteligencia del espectador. El plan nunca fue sobre "irregularidades". El plan era simple: bloquear la iniciativa del alcalde rival, dejar que el problema se pudriera un poco, y luego aparecer como los salvadores, con recursos estatales que, de todos modos, son dinero público. El objetivo no era dar sombra a los niños; era hacerle sombra al adversario político.
Es una obra donde los niños son utilería, los recursos públicos son el botín y el crédito político es el único trofeo que importa. Y el medio que la publicita, "La Rancherita", actúa como el cronista oficial de la corte, aquel que perdió su convenio con el alcalde actual y ahora p**e con esmero las armaduras de los caballeros del PRI, esperando que su lealtad sea recompensada.
Pero aquí es donde el guion de los políticos se t**a con la pared de la realidad. Creen que el público tiene memoria de pez, que un par de fotos y una nota pagada borrarán 81 días de indiferencia. Se equivocan.
Esta novela, con sus villanos convenientes y sus héroes de última hora, la gente de Piedras Negras ya la conoce de memoria. Ya no la engañan tan fácilmente. El ciudadano, curtido en estas farsas, ha aprendido a leer entre líneas y a reconocer la utilería de campaña.
Así que, mientras los actores de esta obra posan para la foto y esperan una ovación orquestada, lo que escuchan, cada vez más fuerte, no es el aplauso que compraron, sino el murmullo de un público que ya se sabe el final y no está dispuesto a comprar el boleto para la misma función nunca más.