21/06/2023
11 consejos para conducir con calor
En condiciones de calor extremo debemos reforzar las precauciones para evitar que en el coche la temperatura sea excesiva y altere la capacidad de conducción
Consejos para conducir con calor
Cuanto mayor es la temperatura, mayor es el peligro en la carretera. Como hemos visto, cuando hace calor el organismo se pone a prueba. Esto requiere algunas precauciones para nuestro bienestar. La DGT aconseja tomar medidas complementarias en verano como:
Bajar las ventanillas antes de empezar a conducir y de encender el aire acondicionado para airear el interior del vehículo y expulsar el aire interior caliente.
La temperatura interior no debe ser inferior a los 22-24ºC para evitar cambios bruscos de temperatura con el exterior. Aunque es tentador poner el aire acondicionado al máximo, los contrastes de temperatura no son buenos. Evitar el choque térmico nos permitirá sufrir menos el calor durante los descansos.
Durante el viaje es aconsejable airear el interior bajando las ventanillas.
Intentar evitar el viaje en las horas de más calor, sobre todo durante los viajes largos.
Usar ropa cómoda y holgada y un zapato que sujete bien el pie (no debemos conducir con chanclas o sandalias). Los tejidos ligeros permiten la transpiración y la ventilación y aportan comodidad a la hora de movernos.
Parar cada dos horas o cada 200 kilómetros para hidratarnos y airear el vehículo. Estas paradas también nos ayudarán a estirar las piernas, desentumecer los músculos y airearnos para retomar el viaje de forma segura. El calor exige más de nuestro cuerpo de lo normal, razón de más para tomar estos descansos.
Parar si notamos signos de fatiga o somnolencia. Descansar o dormir hasta que nos sintamos recuperados para retomar la marcha.
Buscar sombras para realizar los descansos.
Llevar bebidas frescas para hidratarnos, sobre todo agua, zumos o refrescos, para reducir la fatiga y evitar que los reflejos disminuyan. La falta de líquidos reduce la atención al volante, provoca dolor de cabeza e, incluso, cansancio muscular. Nunca recurrir a las bebidas alcohólicas porque reducen aún más nuestra capacidad de concentración. En 2019, el alcohol estuvo detrás del 25% de los accidentes mortales en carretera. Como recuerda la DGT, la graduación más segura es la 0.0%.
Ingerir comidas ligeras, ricas en proteínas y vitaminas y bajas en grasa.
Vigilar la temperatura del motor para que no se caliente en exceso.
El coche también sufre
Las altas temperaturas no solo nos afectan a nosotros y a nuestra capacidad para conducir. El coche también sufre cuando el termómetro se dispara, por lo que hay varias partes que tenemos que comprobar.
Neumáticos: con el aumento de las temperaturas son más sensibles. Si no están inflados, es más probable que pinchen. Deben llevar la presión adecuada a las particularidades de nuestro desplazamiento, información que encontraremos en unas pegatinas del vehículo que indica las cargas en función de las personas y el equipaje.
Revisar sistema de refrigeración: es clave para el rendimiento del motor. En una superficie plana, con el motor apagado, el líquido debe estar entre las líneas marcadas de mínimo y máximo.
Nivel de aceite: igual que el refrigerante, lo comprobamos con el coche plano y apagado. La varilla de comprobación debe estar entre las dos marcas también.
Aire acondicionado: es clave en verano. Para conocer de forma general si funciona bien, arrancamos el vehículo y lo activamos, ajustando los mandos a la temperatura más baja y máxima velocidad. El aire que sale del salpicadero debe ser bastante frío.
¡ChecoCar lo hacemos todos!