15/06/2025
Los hombres a menudo pasan por alto una verdad muy simple:
cuando una mujer ama, no lo hace a medias — da lo que recibe, y aún más.
El corazón de una mujer es como un eco, un reflejo de energía.
Ella lee las palabras de un hombre, sus acciones, su tono, sus intenciones — y si todo eso está en sintonía, ella lo refleja.
A veces ese reflejo se ve como ternura, calidez, lealtad y paz — un hogar para su alma.
Otras veces, se ve como silencio, distancia y una puerta que se cerró sin hacer ruido.
Ella no guarda rencores. No es vengativa.
Es un espejo.
Y te muestra exactamente lo que le diste.
¿Quieres un jardín? Cuídalo.
¿Quieres amor? Ámala.
¿Quieres lealtad? Sé alguien en quien pueda confiar.
Si tienes a tu lado una mujer tranquila, bondadosa y fiel, no es suerte — es lo que tú construiste.
Y si se ha vuelto fría, distante o ausente, tampoco es un misterio. Tú moldeaste eso también.
Mírala… de verdad.
Porque no es solo tu pareja.
Ella es tu reflejo.