
24/07/2025
LA ENFERMERA EMILIA
La conocían como la enfermera Emilia. Dicen que trabajó ahí hace más de cuarenta años, cuando el hospital era apenas un edificio sin elevadores ni aire acondicionado. Emilia era joven, callada, siempre puntual. Nunca pidió un solo día de descanso. Su uniforme siempre limpio, su peinado intacto, y sus zapatos blancos brillaban, incluso después de horas de trabajo.
Cuidaba a todos con la misma entrega, pero se decía que tenía un cariño especial por los pacientes moribundos. Los acompañaba toda la noche, les tomaba la mano, les cantaba, a veces, lloraba con ellos. Emilia no tenía familia, ni amigos fuera del hospital. Su vida estaba ahí. Todo lo que tenía lo había entregado entre esas paredes frías y esos pasillos que olían a cloro y desinfectante.
Una noche, llegó un joven con una puñalada en el estómago. Lo habían asaltado en la estación del metro. Los doctores no creían que sobreviviera. Estaban a punto de rendirse cuando Emilia entró a la sala, tomó sus guantes y comenzó a asistir en la cirugía. El muchacho vivió… pero Emilia nunca salió de ese quirófano.
Cuentan que murió de un infarto fulminante, sin decir una palabra, con las manos manchadas de sangre y la vista clavada en la lámpara quirúrgica.
Desde entonces, comenzaron a pasar cosas raras.
Un paciente que gritaba de dolor fue encontrado dormido y calmado, con una venda limpia en el pecho. Una anciana con fiebre alta fue descubierta al amanecer con el suero cambiado y la frente seca. Y más extraño aún: un niño con neumonía, al borde de la muerte, fue hallado respirando normalmente, mientras una enfermera “que nadie conocía” salía por la puerta.
Pero cuando revisaban las cámaras… no había nada.
Una vez, una interna juró verla de espaldas en el vestidor. Le habló. La figura se volteó. Su rostro estaba demacrado, pálido, con los ojos tristes, pero todavía con el mismo uniforme blanco, planchado y perfecto. Le dijo:
—Aquí nadie muere solo, aunque me lleve la eternidad…
Y desapareció.
Emilia sigue ahí, atendiendo en las noches. Solo aparece cuando la muerte se acerca, como si aún tuviera una deuda con sus pacientes.
A veces, los familiares juran que una “enfermera de antes” fue quien les avisó que su ser querido ya descansaba. O que fue ella quien cerró los ojos del mu**to, con suavidad y respeto.
si te toca verla… no tengas miedo. Emilia solo quiere asegurarse de que nadie muera sin que alguien le tome la mano.
Creditos; Thaiz Smith
Envía; Shura Wolf
📶Grupo para mandar material en WhatsApp 📲 777 287 4010
Teléfono ☎️
7772022926
♦️Agenda tu consulta con los maestros de Zión.
En los teléfonos:
Local ☎️
777 202 926
WhatsApp📲
777 287 4010
WhatsApp 📲
777 217 6647
🔴Consultas de sanación.
🔴Lectura de tarot. 🔴Consulta sobre sueños.