19/08/2025
¿Sabes por qué intentas controlar las conductas y reacciones de tus hijos?
Te explico…
El control no nace porque seas “mala madre” o “exagerada”, nace porque en tu infancia quizá no pudiste confiar en los adultos que te cuidaban. Ante la angustia, aprendiste a controlar todo lo posible para sentirte segura.
Ese mismo mecanismo de defensa que un día te salvó, hoy aparece en la maternidad. Por eso buscas que tu hijo obedezca al instante, que no te desborde, que todo esté “bajo control”.
El problema es que, cuando tu hijo siente que lo controlan, no encuentra un lugar seguro en ti… y termina usando la misma defensa: controlar para sobrevivir.
La salida no está en dejar de “controlar” de golpe, sino en aprender a confiar en sí misma primero, a través de:
1. Autoobservación (notar cuándo surge la urgencia de controlar).
2. Regulación nerviosa (respirar, pausar, sentir su cuerpo antes de reaccionar).
3. Pequeños actos de entrega (permitirse fluir con lo inesperado sin castigarse).
✨ Recuerda: una madre que confía, cría hijos que confían.