
22/09/2025
La lubricación del motor es como la sangre en el cuerpo humano: sin ella, todo se detendría.
Cuando enciendes el auto, la bomba de aceite comienza a mover el lubricante por canales internos. Este aceite forma una película delgada que separa las piezas metálicas —como pistones, bielas y cigüeñal— evitando que choquen entre sí. Así reduce la fricción, disipa el calor y alarga la vida del motor.
Además, ayuda a limpiar impurezas, mantener sellos en buen estado y proteger contra la corrosión. Sin una buena lubricación, el motor se sobrecalienta, se desgasta y puede “griparse”, es decir, quedarse trabado por completo.
En pocas palabras: la lubricación es el escudo invisible que mantiene al motor vivo, fresco y funcionando como debe.