20/09/2025
⭕️ HEB se reusa a entregar videos del caso de "Papayita"
, . – En el Ejido La Co**ha, al oriente de Torreón, hay una bicicleta que ya no volverá a rodar. Era la de Carlos Gurrola Arguijo, el hombre que pedaleaba cada mañana hasta HEB Senderos para cumplir con su jornada de limpieza. Tenía 47 años, era respetuoso, trabajador y conocido entre sus compañeros como “Papayita”.
Hoy, su madre lo llora. Doña María del Pilar lo describe con voz entrecortada como el sostén de su hogar, el hijo que nunca faltaba a trabajar, el hombre que soportaba humillaciones con tal de no perder el empleo que le permitía poner comida en la mesa.
“Le robaban el lonche, la bici, el celular, le ponchaban las llantas… pero él aguantaba. No quería problemas, solo quería trabajar”, dice la mujer, con las manos temblorosas, cargando ahora el peso del duelo y la impotencia.
Una “broma” que lo mató
El 30 de agosto, Carlos abrió su locker como cualquier otro día. Tomó su botella de electrolitos sin imaginar que alguien, entre risas y crueldad, había vertido desengrasante en su interior. Alcanzó a notar un sabor extraño, pero ya había bebido lo suficiente para que el químico quemara su tráquea, sus pulmones y sus órganos internos.
Lo que siguió fue un calvario de 19 días en un hospital. Agonía, dolor, respiradores, medicamentos. Su madre lo visitaba todos los días, rezando por un milagro que no llegó. El 18 de septiembre, el corazón de Carlos se detuvo.
La negativa de HEB
Mientras la familia enfrentaba el duelo, una nueva herida se abrió: HEB Senderos, la tienda donde ocurrieron los hechos, se negó a entregar los videos de seguridad. Argumentaron que son “privados” y que nadie podrá obligarlos a mostrarlos. Además, se deslindaron de responsabilidad diciendo que Carlos no era empleado directo de la tienda, sino de Multiservicios Rocasa, la empresa de limpieza que lo contrató.
La familia ya presentó denuncia ante la Fiscalía de Coahuila, pero sin esas grabaciones, el camino hacia la justicia se vuelve cuesta arriba.
“Esto no fue bullying, fue homicidio”
Los seres queridos de Carlos han lanzado la página “Justicia para Carlos Gurrola Arguijo” en redes sociales. Buscan visibilizar el caso y presionar a las autoridades para que los responsables no queden impunes.
“No fue una broma, no fue bullying. Fue homicidio. Entre ellos saben quién fue y deben declarar”, exige la familia, con el dolor transformado en coraje.
El recuerdo de un hombre noble
Carlos era más que un apodo. Más que un trabajador de limpieza. Era el hombre que cuidaba a su madre, que nunca faltaba a su turno, que recorría kilómetros en bicicleta para llegar puntual.
En HEB lo llamaban “Papayita”, un apodo que entre algunos sonaba cariñoso, pero que para otros era motivo de burla. Lo que empezó como apodo terminó acompañado de humillaciones constantes, que poco a poco fueron quebrando su dignidad.
Ahora, tras su muerte, su bicicleta permanece inmóvil. Un símbolo de todo lo que perdió: su vida, su trabajo, su esperanza.
Una deuda pendiente
El caso de Carlos deja al descubierto la fragilidad de quienes trabajan bajo subcontratos, invisibles para las empresas que se benefician de su esfuerzo. Sin derechos, sin respaldo y ahora, sin justicia.
Su historia no puede reducirse a una “broma pesada”. Su historia es la de un hombre que murió en soledad, víctima de la crueldad de otros y del silencio de una empresa que hoy guarda bajo llave las pruebas que podrían señalar a los culpables.
Mientras tanto, en el Ejido La Co**ha, su madre se aferra al recuerdo de aquel hijo que nunca se quejaba, que siempre cumplía, que pedaleaba bajo el sol y la lluvia con la esperanza de un futuro mejor. Un futuro que alguien le arrebató con una botella adulterada.
Vía Panorama Digital