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"LOS PUÑOS DEL PODER Y LA COSTRA QUE LOS UNE"POR ¡Despierta BCS!La fotografía lo dice todo: dos puños en alto, cuero y m...
01/12/2025

"LOS PUÑOS DEL PODER Y LA COSTRA QUE LOS UNE"

POR ¡Despierta BCS!

La fotografía lo dice todo: dos puños en alto, cuero y músculo; la pose no es de abrazo ni de consuelo sino de conquista. Víctor Castro y Omar Zavala, gobernador y secretario del trabajo, posan como si tuvieran la sartén por el mango. Es una imagen pensada para transmitir fuerza; para quienes la miran con ojos críticos, transmite algo más peligroso: avasallamiento, cierre de espacios democráticos y el desprecio por la ciudadanía que sufre.

Baja California Sur no vive en una fantasía, los indicadores y las notas periodísticas de los últimos meses dibujan una entidad que arde entre violencia y cuestionamientos sobre la gobernabilidad. Reportes periodísticos registran un aumento notable de homicidios, desapariciones y hallazgos de fosas clandestinas.

Al mismo tiempo, la percepción ciudadana y la arena política se llenan de señalamientos. Encuestas y análisis de opinión muestran un rechazo contundente al desempeño del gobierno estatal en materias como seguridad y transparencia. Y sobre esa base, actores políticos incluso desde el Senado, han alzado la voz para advertir sobre riesgos de complicidad institucional, vínculos entre servidores públicos y estructuras criminales, y una preocupante descomposición del estado de derecho.

Hace poco, la Fiscalía y los tribunales han vinculado a proceso a decenas de exfuncionarios por presuntos delitos de corrupción, un dato que debería invitar a la reflexión: la captura del Estado no siempre es orgánica, a menudo se consolida mediante redes de lealtades, influyentismos y beneficios mutuos. ¿Quién toma decisiones detrás de los discursos de “transformación”? ¿Quién reparte contratos, empleos y favores?

Frente a ese paisaje, la imagen del puño no es una foto inocente. Es un símbolo que sintetiza para muchos el monopolio de poder que describen los cronistas y las investigaciones: familias que se reparten espacios, partidos que fingen antagonismo mientras reproducen los mismos vicios, y medios que, por conveniencia o por miedo, moldean la narrativa. El puño es, en ese sentido, un recordatorio de que el poder no solo se ejerce en despachos, también se performa para reforzar la hegemonía.

Pero hay una pieza que la pose busca silenciar: la comunidad. Mientras los de arriba exhiben símbolos de fuerza, las calles piden algo distinto, no más gestos de fuerza, sino rostros reconocibles de la vida social. Una mujer, un obrero, un maestro, un dirigente comunitario, respaldado por su gente, la política verdadera no es la exhibición del músculo, sino la rendición de cuentas, no es el puño en alto, sino la mano abierta que devuelve lo tomado: espacios públicos, oportunidades, seguridad y justicia.

El llamado que surge de esta crítica no es a la protesta por la protesta, es a la participación informada y sostenida. Votar no solo es marcar un papel y depositarlo en la urna; es exigir mecanismos de vigilancia ciudadana, fiscalización efectiva y prensa independiente que cuide sus fuentes y a sus lectores. Si hay procesos judiciales en curso, que sigan su curso; si hay denuncias de nepotismo o influyentismo, que se investiguen con transparencia y se castigue. No puede haber neutralidad cuando la democracia se devora a sí misma.

Contra el espectáculo del poder, la respuesta debe ser construcción social: organizaciones comunitarias robustas, asambleas locales, exigencia de audiencias públicas, observatorios ciudadanos de contrataciones y un periodismo comprometido con documentos y fechas. La ciudadanía debe transformar la indignación en arquitecturas de control que impidan que los mismos apellidos vuelvan a acomodarse en las mesas del poder.

La foto del puño es un aviso, no un destino. Que la imagen sea contrapuesta por otras, por la de una mujer destacada emanada del pueblo, rodeada de su gente, por la del joven maestro que sostiene el proyecto de su comunidad y que esas imágenes sean las que dominen las plazas y las redes. Despertar es, también, aceptar la incomodidad de la responsabilidad.

Baja California Sur no necesita más fotos de poder; necesita públicos activos que hagan del voto y de la vigilancia los nuevos emblemas de la fuerza.

Los otros datos del relato oficial: el intento por inflar un liderazgo a modo en Baja California SurEn los últimos meses...
27/11/2025

Los otros datos del relato oficial: el intento por inflar un liderazgo a modo en Baja California Sur

En los últimos meses comenzó a circular, con una coordinación que sólo puede surgir de oficina pública y no de espontaneidad ciudadana, un relato que busca posicionar a Manuel Cota como “líder natural”, “interlocutor exclusivo con la Federación” y nuevo “caballo de hacienda” de la política sudcaliforniana. El mensaje se repite en portales financiados por contratos de comunicación, perfiles anónimos que se activan sólo en horas laborales y comentaristas que hace años dejaron de ser periodistas para convertirse en gestores del presupuesto estatal.

La operación es evidente: fabricar un liderazgo para contener otro vacío que el mismo gobierno generó.

Porque es el propio grupo en el poder, el mismo que lleva casi tres décadas alternándose cargos como bienes familiares, el que hoy intenta vender a Cota como figura ascendente. No por convicción ni porque la calle lo respalde, sino porque necesitan un rostro que no cuestione la estructura que los sostiene. Cota, en ese sentido, funciona más como pieza útil que como fenómeno político.

En el círculo cercano del gobierno estatal se reconoce (a puerta cerrada) la instrucción de inflar la percepción pública:

– filtraciones favorables,
– encuestas internas editadas,
– notas pagadas presentadas como análisis,
– y una narrativa que pretende instalar que Cota es “el único que crece”, cuando en realidad crece sólo en la mirada de quienes lo necesitan para mantener controlado el tablero.

Se afirma que las críticas “no le han quitado una pluma”, como si fuera un gallo invulnerable. Pero el dato incómodo es otro: no le han quitado una pluma porque todavía no entra verdaderamente al ruedo. No hay estructura territorial sólida, no hay respaldo ciudadano verificable y tampoco un proyecto claro. Lo que sí hay es una maquinaria mediática tratando de convertirlo en algo que no es: el supuesto líder que salvaría a los mismos que ya desgastaron al estado.

El verdadero conflicto en Baja California Sur no es Cota, sino el modelo genealógico del poder. Los Cota Montaño, los Agúndez Montaño, los Castro y sus variantes han convertido la administración pública en un acto de continuidad familiar. Sus decisiones, pactos y omisiones construyeron el escenario actual: inseguridad creciente, fragilidad institucional, servicios colapsados y una red de compromisos internos que pesan más que cualquier plataforma política.

Cuando desde el gobierno se repite el lema “BCS nos une”, lo que realmente significa es “nos une conservar el control”.

Ahí está la raíz del problema: el estado ha permitido que unas cuantas familias se repartan puestos, presupuestos y narrativas durante 30 años. Y cuando sienten que la legitimidad flaquea, buscan fabricar nuevos candidatos que parezcan distintos, pero que garanticen que nada cambie.

La campaña para presentar a Manuel Cota como “líder indiscutible” cumple una función clara: cerrar el paso a actores externos al linaje del poder, bloquear a nuevos proyectos, impedir que surjan apellidos que no formen parte del reparto histórico. Lo que se intenta no es posicionar a una persona, sino blindar un sistema que se cae a pedazos.

Y esa estrategia tiene un mensaje implícito para la ciudadanía:

“Ustedes no deciden, nosotros les decimos quién puede competir”.

El 2027 será el año en que Baja California Sur tendrá que enfrentar una verdad que se ha pospuesto por décadas:

¿seguirá gobernando el mismo círculo de familiares y aliados, aunque sea con un nombre nuevo al frente?

¿O finalmente se abrirá paso un relevo real y no un relevo administrado desde arriba?

Porque mientras se siguen escribiendo columnas pagadas, mientras se compran espacios para inflar a Cota, mientras se intenta convencer de que no existe alternativa… la realidad sigue ahí:
la gente quiere romper el ciclo, quiere nuevas rutas y nuevos liderazgos que no estén atornillados a los pactos del pasado.

El poder local lo sabe.
Por eso están corriendo.
Por eso están inflando.
Por eso están fabricando.

La ciudadanía tendrá que decidir si compra la narrativa o rompe el molde.

ESTE 6 DE DICIEMBRE NO HAY MUCHO QUE CELEBRAR | MÉXICO 2018–2025: DEL DESGASTE INSTITUCIONAL A LA TENSIÓN NACIONAL.Dicie...
27/11/2025

ESTE 6 DE DICIEMBRE NO HAY MUCHO QUE CELEBRAR | MÉXICO 2018–2025: DEL DESGASTE INSTITUCIONAL A LA TENSIÓN NACIONAL.

Diciembre 2018 – Inicio del sexenio López Obrador:

Se implementa una narrativa de “refundación” y “transformación” del Estado. Comienza el debilitamiento de órganos autónomos.

Junio 2019 – Militarización ampliada.

La Guardia Nacional entra en funciones con mando civil “temporal”, pero bajo control operativo de SEDENA. Se documenta una expansión militar sin precedentes desde 1970.

De Marzo a Diciembre 2020 – Presión al CJF y jueces federales.

Comienzan ataques discursivos y solicitudes de investigación contra jueces que frenan decisiones presidenciales.

Abril 2021– Elecciones bajo tensión.

El Ejecutivo acusa al INE de “boicot” y “parcialidad”. Se abre una confrontación directa con el árbitro electoral.

Octubre 2022 – Reforma electoral (“Plan B”).

Morena impulsa recortes al INE: se reducen facultades, estructura y autonomía. La Corte invalida la reforma por violaciones constitucionales.

Marzo 2023 – AMLO anuncia meta de “reforma total” al Poder Judicial.

Comienza la narrativa de que jueces, magistrados y ministros “no sirven” y deben ser reemplazados.

Julio 2023 – DEA reporta expansión del fentanilo mexicano.

Evaluación de Amenazas 2023 confirma que cárteles mexicanos producen y exportan la mayor parte del fentanilo hacia EE.UU.

5 de septiembre 2024 – Presentación formal de la reforma judicial.

Morena propone destituir a ministros y elegir jueces por voto popular. Analistas internacionales la catalogan como “captura del Poder Judicial”.

22 de febrero 2024 (ONU-DH) – Advertencia de regresión democrática.

La ONU señala que México podría entrar en zona de riesgo institucional.

De Octubre a Diciembre 2024 – Tensiones económicas y caída agrícola.

INEGI confirma la caída acumulada del 5.1% en sector agropecuario desde 2022. Presupuesto del campo disminuye casi 30% desde 2018.

Enero 2025 – Explota la crisis agrícola.

Bloqueos en Baja California, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Guanajuato, Zacatecas y Durango. Ganaderos y agricultores denuncian abandono, falta de agua y pérdida de subsidios.

Febrero 2025 – Escalada de polarización.

INEGI (ENCIG):

63% desconfía del gobierno federal.
61% cree que el país va en mala dirección.

Marzo 2025 – Estados Unidos eleva el tono.

Trump declara que México “no controla su territorio” y anuncia “acciones más duras” contra cárteles. Comando Norte emite evaluación de riesgo por violencia y tráfico de fentanilo.

De Marzoa Abril 2025 – Golpe final al INE.

Morena reimpulsa reforma para centralizar padrón, eliminar OPLES y recortar autonomía del árbitro electoral.

De Abril a Junio 2025 – Avanza reforma judicial en comisiones

A pesar de críticas de ONU, Amnistía Internacional, Departamento de Estado y organismos académicos, Morena acelera votación.

Agosto 2025 – CRS publica escenarios de intervención.

El análisis del Congreso de EE.UU. menciona posibles medidas “no militares” ante el colapso de seguridad en México.

Septiembre 2025 – Escenario interno de fractura.

Gobernadores del norte intensifican reclamos fiscales, de seguridad y agrícolas. Analistas del Wilson Center advierten sobre riesgo de “ruptura norte-sur”.

Noviembre 2025, asesinan al Presidente Municipal de Uruapan, Michoacán.

El Magnicidio del Presidente Carlos Manzo representa la vulnerabilidad del estado, el control de los carteles de la droga y su infiltración en instituciones gubernamentales.

15 de Noviembre 2025, jóvenes generación Z se manifiesta. En diversos estados.

Jóvenes partidistas tomas las calles y salen a manifestarse ante hechos violentos y represión del estado, convocan a unirse para solicitar dar un rumbo nuevo al país.

México del Norte y México del Sur | La hipótesis que dejó de ser remota.Por Noti-Red.Investigación y análisis político 2...
26/11/2025

México del Norte y México del Sur | La hipótesis que dejó de ser remota.

Por Noti-Red.

Investigación y análisis político 2025

Durante años, la idea de un México dividido —un México del Norte y un México del Sur— parecía una exageración académica, un escenario extremo propio de ficción política. Las primeras referencias aparecieron en redes sociales entre 2013 y 2019, cuando comenzaron a circular imágenes satíricas de la “República de Sonora”, la “República de Baja California” o la “República de Chihuahua”. Eran bromas, memes, juegos de identidad regional.

Pero esas bromas tuvieron un eco profundo, más del esperado.
Y hoy, en 2025, en medio de un clima explosivo de crisis del campo, violencia criminal, deterioro institucional, polarización ideológica y tensiones norte-sur, aquella hipótesis dejó de ser un simple ejercicio de humor digital. Se transformó en una advertencia que analistas nacionales e internacionales ya consideran dentro del espectro posible.

Las regiones del norte del país históricamente han tenido:

mayor inversión privada,

mayor productividad industrial,

menos dependencia del presupuesto federal,

vínculos económicos directos con Estados Unidos,

sociedades civiles más organizadas,

mayor estabilidad institucional frente al crimen en comparación con el sur.

Cuando comenzaron a circular memes sobre “nuevas repúblicas”, muchos ciudadanos, sobre todo en Sonora, Chihuahua, Baja California, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas lo tomaron como un juego, sí, pero también como una expresión simbólica de lo que se comentaba en voz baja:

“Estamos cargando al país, y el gobierno central nos trata como si fuéramos un obstáculo”.

Este descontento fue creciendo mientras Morena consolidaba el control político nacional apretando desde el centro del País.

Desde 2018, el gobierno federal ha impulsado un proceso de centralización del poder:

1. Reforma judicial (2024–2025)

Considerada por ONU-DH, Amnistía Internacional y organismos académicos como una amenaza a la separación de poderes, al abrir la puerta a la captura política del sistema judicial.

2. Intentos reiterados de debilitar al INE

Acciones legislativas, ataques desde el Ejecutivo y reformas orientadas a centralizar el control electoral.

3. Militarización creciente

Guardia Nacional bajo mando castrense, expansión de funciones del Ejército y concentración de obras públicas estratégicas en SEDENA.

4. Presión fiscal y presupuestal a estados productivos

El norte es responsable de más del 50% de la recaudación federal, pero recibe menos del 30% de la inversión pública directa.

5. Estallido del campo (2025)

Los bloqueos y movilizaciones de agricultures y ganaderos en Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Zacatecas y Guanajuato evidenciaron una fractura económica profunda: "el campo sostiene al país, pero el país no sostiene al campo".

La narrativa del gobierno a menudo burlesca o agresiva contra adversarios, críticos, jueces, agricultores y sectores productivos, nutrió un clima de enojo que en el norte se vive como humillación.

A esto añadimos la expansión del crimen organizado en el sur y centro del país, con regiones prácticamente capturadas por cárteles, contrasta con:

mayor capacidad de contención en el norte,

economías industriales más fuertes,

y gobiernos locales que exigen mayor autonomía operativa.

Los reportes de la DEA (2024 y 2025) y la UNODC confirman la presencia de grupos criminales dominantes en estados del sur y centro, mientras que en varios estados del norte las estructuras institucionales han resistido mejor… hasta ahora.

Este desequilibrio no solo es de seguridad: es territorial y político.

En este último gobierno, la tensión bilateral alcanzó niveles inéditos:

Trump (2025) declara que México “ha perdido control territorial”.

CRS y Comando Norte elaboran reportes sobre escenarios de inestabilidad político-social en México.

Washington incrementa la presión por el fentanilo, señalando que el gobierno mexicano “no actúa con firmeza”.

En círculos de seguridad estadounidenses se discute la posibilidad de cooperación directa con gobiernos estatales del norte si el gobierno federal se vuelve disfuncional o pierde legitimidad.

Esto no implica invasión, sino algo más sutil y peligroso: "un reconocimiento práctico de dos Méxicos distintos".

Esta hipótesis se ha vuelto cada vez menos lejana, la combinación de:

Resentimiento fiscal, colapso del campo, hartazgo por inseguridad, polarización política, presión internacional, debilitamiento institucional, y un gobierno federal visto como autoritario e insensible, han venido creando un escenario donde sectores sociales del norte empiezan a plantear abiertamente la idea de desconocer el pacto federal.

No como capricho, sino como defensa de su economía, seguridad y autonomía. Hoy se habla, en privado y en público, de:

alianzas interestatales,

coordinación fiscal autónoma,

cooperación directa con EE.UU.,

rechazo al centralismo,

y ruptura política si la federación continúa debilitándose.

Sin embargo existe el riesgo de la reacción federal. Si un grupo de estados del norte decidiera:

1. Desconocer decisiones del Ejecutivo federal, o

2. Formar un bloque económico autónomo, o

3. Proponer un nuevo pacto fiscal.

La respuesta del gobierno central históricamente en México, no sería diálogo, sería represión política o militar.

Eso podría detonar un efecto dominó:

Movimientos ciudadanos regionalistas.

Apoyos privados de cámaras empresariales.

Pronunciamientos de gobiernos estatales.

Tensiones armadas con fuerzas federales.

Intervención diplomática de Estados Unidos.

Y en ese escenario, la idea de dos Méxicos dejaría de ser hipótesis.

México no está al borde de una guerra civil, pero sí está entrando a un terreno peligroso donde:

la legitimidad del gobierno se erosiona,

los sectores productivos se rebelan,

el campo se levanta,

el crimen reemplaza al Estado en regiones enteras,

el norte exige autonomía,

Estados Unidos observa con impaciencia,

y la polarización alcanza niveles que no se veían desde 1910.

En este contexto, la división norte–sur ya no suena imposible. Su probabilidad depende de la profundidad de la crisis económica, la continuidad del autoritarismo y la capacidad o incapacidad del gobierno para reconstruir la confianza.

La división de México no es un destino inevitable, pero hoy sí es un escenario plausible y no es discurso radical, es consecuencia lógica de las condiciones que el propio Estado ha permitido y alimentado. Por qué un país donde:

la justicia es centralizada,

el árbitro electoral se debilita,

el crimen controla territorios,

el gobierno polariza,

y la economía productiva es castigada,

es un país que puede fracturarse y la pregunta ya no es si es posible, es:

¿cuánto falta para que deje de ser impensable… y empiece a ser irreversible?

26/11/2025

Al Gobierno del Estado se le están ocurriendo nuevos cobros a comercios y aumentar otros que ya cobraban de manera desproporcionada", advirtió la diputada Guadalupe Saldaña.

26/11/2025

La Paz BCS
Durante la madrugada de este martes 25 de noviembre del 2025
Se escucharón explosiones por diferentes Colonias
Usted puede dar su opinión

25/11/2025
El gobierno de BCS abre la puerta a Huawei: modernización tecnológica o construcción de un aparato de espionaje electora...
23/11/2025

El gobierno de BCS abre la puerta a Huawei: modernización tecnológica o construcción de un aparato de espionaje electoral

La Paz, BCS. En medio del desgaste político del gobierno de Víctor Castro Cosío y con el reloj electoral del 2027 avanzando inexorablemente, el secretario general de Gobierno, Saúl González Núñez, sostuvo una reunión con directivos de Huawei México, formalmente para revisar proyectos de “ciberseguridad” y “conectividad”. Pero detrás de la narrativa oficial, la opacidad y el historial del propio González arrojan sombras sobre lo que realmente se está negociando.

La cita con Félix Wang, Frost Li y Pedro Ilhuicatzi pasó como un acto administrativo más. Sin embargo, en un estado donde la desconfianza institucional crece y donde la seguridad se ha convertido en un punto neurálgico del malestar social, es inevitable preguntarse: ¿modernización tecnológica… o preparación de un sistema de control político?

No es casual que quien encabece estas conversaciones sea González Núñez, uno de los operadores más reservados y herméticos del gabinete estatal. Su trayectoria está marcada por el uso de estructuras internas de vigilancia no oficiales, pero tampoco secretas para quienes conocen la operación política del grupo gobernante y por una obsesión por monitorear el comportamiento adverso, desde opositores hasta funcionarios incómodos.

Por eso, la búsqueda de herramientas avanzadas de “ciberseguridad” en manos de este personaje difícilmente puede interpretarse como un simple acto administrativo. Más bien encaja con un patrón creciente: un gobierno debilitado que, antes de corregir sus fallas, opta por reforzar su capacidad de vigilancia.

Huawei es, en sí misma, una señal de alerta. Países enteros han restringido su participación en infraestructura estratégica por sospechas de colaboración con sistemas de espionaje estatal. México, en cambio, ha mostrado un historial de compras opacas en materia de seguridad digital, que van desde software de interceptación telefónica hasta plataformas de rastreo político.

Si a eso se suma que Baja California Sur carece de mecanismos robustos de rendición de cuentas en adquisiciones tecnológicas, la puerta queda abierta a que herramientas de vigilancia se utilicen más para monitorear adversarios que para proteger a la ciudadanía.

El gobierno de Víctor Castro llega a la antesala del proceso electoral de 2027 con una aprobación menguante, con señales claras de desgaste y con múltiples frentes sociales abiertos. El grupo gobernante percibe y teme un voto de castigo. La posibilidad de que la tecnología se convierta en un instrumento de blindaje político no es descabellada: ya ha ocurrido en otros estados y otros sexenios.

Si bien no existen pruebas por ahora, de que el gobierno estatal esté adquiriendo tecnología con fines de espionaje, la combinación es explosiva:

• un secretario general con antecedentes de uso de inteligencia política,
• una compañía internacional asociada a sistemas de vigilancia,
• un gobierno debilitado y temeroso del proceso electoral que se avecina.

El resultado probable no es un modelo de ciberseguridad para proteger hospitales, escuelas o dependencias públicas, sino la construcción silenciosa de un aparato de monitoreo político, útil para mapear adversarios, neutralizar críticas y anticipar movimientos e incluso podría convertirse en una herramienta de intimidación política.

El encuentro con Huawei, lejos de fortalecer la confianza pública, confirma el rumbo de un gobierno que parece más interesado en vigilar que en gobernar.

22/11/2025

✨️Por que Dios así lo quiso, Fatima Bosh representante de México se convierte en la ganadora de MISS UNIVERSO 2025👏👏✨️

22/11/2025
Loreto despierta del sueño de paz: un crimen que desnuda al gobierno de BCSLoreto vive uno de los episodios más doloroso...
21/11/2025

Loreto despierta del sueño de paz: un crimen que desnuda al gobierno de BCS

Loreto vive uno de los episodios más dolorosos de su historia reciente.
La familia Higuera, conocida y respetada en la comunidad, fue brutalmente privada de la vida dentro de su propio hogar. Un crimen cuya frialdad rompe con décadas de tranquilidad y vuelve a colocar a Baja California Sur en una conversación que siempre evitó: la vulnerabilidad real ante la violencia.

En un estado que por años presumió ser una excepción dentro del mapa nacional del crimen, este hecho marca un antes y un después. La percepción de seguridad se fracturó. No solo por la atrocidad del acto, sino por la respuesta o la ausencia de ella, del gobierno estatal.

La administración de Víctor Castro ha optado por el mutismo. No hay postura sólida, no hay explicación, no hay estrategia visible. La ciudadanía, indignada, observa a un gobernador y a un secretario de Gobierno más enfocados en cálculos políticos y disputas internas que en atender la exigencia central: proteger a los sudcalifornianos.

Cada minuto sin respuestas profundiza la sensación de que el gobierno no controla la situación. Y que, frente a un episodio que debería haber convocado al Estado en pleno, lo único que apareció fue la opacidad.

No se acusa sin pruebas, pero la realidad es contundente: cuando un gobierno guarda silencio ante un crimen de esta magnitud, cuando no hay claridad ni resultados, surge inevitablemente la pregunta que circula en calles, cafés y redes sociales:

¿Hay miedo, incapacidad… o algo peor?

La falta de acción alimenta la sospecha de que los intereses políticos pesan más que la seguridad pública. Y no es la primera vez que ocurre. La relación ambigua, señalada una y otra vez entre actores locales y estructuras del crimen ha sido una sombra persistente. La gente lo dice sin rodeos: cuando no actúan, parece complicidad.

Hoy se anuncia el envío de agentes de inteligencia provenientes de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, bajo la coordinación de Omar García Harfuch.

La pregunta que recorre Baja California Sur es sencilla:

¿A qué vienen? ¿A investigar el crimen? ¿A identificar responsables? ¿O a simular una respuesta mientras todo se enfría?

Porque si el objetivo fuera realmente combatir a los generadores de violencia, la ciudadanía señala un camino claro:
investigar a los narcopolíticos, a los operadores locales, a quienes han permitido que ciertos grupos criminales se asienten y operen con comodidad en el estado.

Mientras Loreto llora a una familia asesinada, el gobierno parece ocupado en todo lo contrario: precampañas disfrazadas, pactos internos y la disputa por posiciones para 2027.

Hoy Baja California Sur no solo enfrenta un crimen sin precedentes.
Enfrenta una verdad incómoda:
el deterioro institucional es más profundo de lo que nadie quería aceptar.

Si un crimen así ocurrió en Loreto —el último lugar donde alguien habría imaginado una masacre, ¿qué podemos esperar del resto del estado?

La paz que presumíamos era más frágil de lo que querían admitir. Y el gobierno que prometió protegernos, hoy se esconde detrás de su propio silencio.

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