29/03/2025
¡Justicia para Candy! Mi perrita recibió un trato cruel en el Hospital Veterinario Delta.
Mi nombre es Héctor, y esta es la historia de Candy, mi compañera por más de 15 años. Una mezcla de French Poodle con Maltés que me acompañó desde que era una bebé. Era alegre, tranquila, amorosa… y desafortunadamente, fue víctima de un trato inhumano en el Hospital Veterinario Delta.
Todo comenzó el 2 de marzo. Noté a Candy diferente, apagada, como si algo no estuviera bien. Debido a su problema en la columna —por el cual estaba en tratamiento de fisioterapia—, pensé que tal vez había tenido una recaída.
Confiaba en que, si la llevaba al hospital y le administraban un analgésico y un antiinflamatorio, podría estabilizarse esa noche. Mi plan era simple: que descansara, se sintiera mejor y al día siguiente pudiera continuar con su tratamiento habitual.
Decidí llevarla al Hospital Delta por cercanía. Al llegar, me pidieron pasar a la sala de espera. Una veterinaria bajó, la vio por encima, sin hacerle ninguna exploración física, la tomó en brazos y se la llevó con “la especialista”. Todo fue tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de reaccionar.
Minutos después, regresó sin Candy, y me dijeron que debía quedarse en observación. Me solicitaron $6,000 pesos “por cualquier cosa que pudiera necesitar”. Yo solo pensaba en que la ayudarían, así que accedí. Pero no fue así.
Horas después, me informaron que estaba orinando con sangre —algo que nunca le había pasado. Luego que tenía daño neuronal y no podía caminar. Me ofrecieron realizar un nuevo estudio que costaba $14,000 pesos más. En ese momento, entendí que lo mejor para Candy era liberarla del sufrimiento. Con el corazón roto, contraté un servicio de eutanasia.
Así que el 4 de marzo fui a recogerla. Pregunté si estaría dormida y sin dolor; me aseguraron que el analgésico duraría 8 horas. Pero al llegar a casa, Candy despertó quejándose de dolor. Fue desgarrador. Tuve que adelantar la eutanasia y grabé un video como prueba de lo que estaba viviendo. Se los envié al hospital. Nunca respondieron.
No tienen corazón. Son personas inhumanas. ¿Qué le había hecho ella para que la hicieran sufrir de esa manera? Lo único que les importa es sacar dinero. Como sé que eso es lo único que les importa, decidí pedirles las facturas donde me cobraron el IVA, pero hasta la fecha no me han respondido ni me han enviado las facturas. La verdad, me arrepiento profundamente de haberla llevado allí. Quisiera que la situación que me tocó vivir se haga viral y llegue a muchas más personas.
Exijo una investigación inmediata, la rendición de cuentas por parte del hospital y que se revise su protocolo de atención a animales para evitar futuros casos como el mío.