03/11/2025
“La universidad no me cuida”: El grito de estudiantes en la protesta histórica del Edificio Central de la UASLP
La tarde del 21 de octubre de 2025, decenas de estudiantes de distintas facultades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) tomaron el Edificio Central, dando inicio a una protesta que ya se considera un hecho histórico en la institución.
La movilización surgió tras una denuncia de agresión sexual en la Facultad de Derecho, que destapó reclamos sobre violencia, encubrimiento y omisiones dentro de la universidad.
Con mantas, pancartas y consignas como “La universidad no me cuida” y “Alto al violador”, las y los jóvenes exigieron la presencia del rector Alejandro Zermeño Guerra, quien no se encontraba en San Luis Potosí al momento de la protesta, la destitución de funcionarios señalados y la creación de protocolos efectivos contra la violencia de género.
“No queremos simulaciones, queremos justicia y transparencia”, expresaron frente al emblemático edificio, acompañados por colectivos feministas, profesores y más estudiantes solidarios.
Las autoridades informaron la expulsión de dos alumnos implicados y la renuncia del director de Derecho, pero el estudiantado consideró las medidas insuficientes.
“Esto no es un caso aislado, es un problema estructural”, señalaron voceros del movimiento.
Durante la jornada, un grupo de supuestos estudiantes retuvo brevemente a funcionarios universitarios en la Plaza de Armas, como forma de presión ante la falta de respuesta del rector.
El ambiente se ha mantenido tenso. Varias facultades continúan en paro de actividades, mientras los manifestantes aseguran que no levantarán la toma hasta que existan compromisos firmes y verificables por parte de las autoridades.
En medio de la movilización, se reportaron actos vandálicos y daños en las instalaciones del Edificio Central. Sin embargo, los colectivos estudiantiles se deslindaron de estos hechos, denunciando que personas ajenas al movimiento habrían sido infiltradas para deslegitimar la protesta.
Este movimiento marca un punto de inflexión en la historia reciente de la UASLP: un llamado fuerte y claro a transformar la cultura institucional, garantizar la seguridad del alumnado y romper con años de silencio ante la violencia de género.