15/06/2025
¿Cómo se celebra el Día del Padre cuando ya no está?
Hoy es Día del Padre, y aunque ya no estés aquí, no puedo dejar pasar esta fecha sin hablarte.
No sé si allá donde estás puedes escucharme, pero si de alguna manera mis pensamientos te alcanzaran, solo quiero que sepas cuánto te extraño. Hoy más que nunca, sentí tu ausencia. Vi fotos y publicaciones de hijos abrazando a sus papás, llevándoles regalos, compartiendo risas y almuerzos. Y no voy a mentir, me dolió.
Porque daría lo que fuera por tenerte aquí, aunque fuera por un instante… un abrazo, una palabra, una mirada cómplice.
Nunca imaginé lo difícil que sería vivir el Día del Padre sin ti. Al principio, después de tu partida, el silencio era mi refugio. Hoy aprendí a escribirte, a hablarte desde el alma, como si realmente pudieras leerme, como si realmente estuvieras a mi lado, sentado en tu sillón favorito, con tu expresión seria, tu voz firme y ese amor que se escondía detrás de tu forma de ser.
Gracias, viejo, por todo.
Por cada consejo que no entendí en su momento y hoy valoro como un tesoro.
Por cada regaño que dolió, pero que terminó formándome.
Por tu manera única de demostrar amor—no con palabras, sino con actos, esfuerzo y presencia.
Por nunca soltarme, incluso cuando yo no sabía cómo agradecerte.
Ojalá pudiera devolverte algo de todo lo que hiciste por mí.
Ojalá hubiéramos tenido más tiempo.
Ojalá te hubiera abrazado más.
Y si alguna vez te fallé, si no fui el hijo que esperabas, quiero que sepas que lo siento. Porque ahora, desde la adultez, entiendo tantas cosas… tus silencios, tu cansancio, tus batallas. Y ahora que me toca ser padre, quiero esforzarme por ser, al menos, la mitad del hombre que tú fuiste.
Hoy te celebro con lágrimas, sí, pero también con gratitud.
Porque aunque tu cuerpo ya no está, tu esencia vive en mí.
En mi forma de hablar, en cada decisión que tomo, en la fuerza que encuentro cuando siento que ya no puedo más.
Feliz día del padre, papá.
Hasta el cielo. Hasta donde estés.
Te llevo en el alma.
Y te prometo seguir haciendo que te sientas orgulloso de mí.
Si hoy extrañas a tu papá, háblale, escríbele, recuérdalo. Y si aún lo tienes, abrázalo. Porque el tiempo no espera.