La discusión sobre prensa y democracia en México se ha concentrado, durante muchos años, en temas como los vínculos entre los medios de comunicación y los poderes públicos, las líneas editoriales y los intereses comerciales, la competencia o la concentración del mercado, la regulación del gasto gubernamental en publicidad, la importancia de la pluralidad en la oferta informativa y la defensa del d
erecho a la libertad de expresión contra la censura. Más recientemente, a raíz tanto de las nuevas tecnologías como de la reforma en materia de telecomunicaciones, muchos de esos temas adquirieron una renovada importancia en la agenda pública. Ocurre, sin embargo, que el predominio de esas temáticas ha implicado que la discusión sobre prensa y democracia en México se concentre más en la autonomía relativa del ejercicio periodístico frente a los poderes públicos y privados que en el ejercicio periodístico como tal y en su relación con la ciudadanía. En otras palabras, el cambio político en México durante las últimas décadas ha generado una amplia discusión en torno a qué clase de relaciones no queremos que haya entre la prensa y el poder y la prensa y el dinero, pero no tanto una discusión sobre la clase de relación queremos que haya entre la prensa y la ciudadanía. Dicha pregunta remite a una serie de nuevos temas y ámbitos que no han logrado desarrollarse en la discusión pública y que, creemos, merecen ser impulsados decidida y rigurosamente.