
03/03/2025
Crítica Fuerte ante el Mural de Boxeadores en la Plaza de Toros de Santa María del Río
La Plaza de Toros de Santa María del Río, considerada por muchos como la más antigua del país, es un símbolo histórico y cultural que merece un cuidado y respeto absoluto.
Sin embargo, la actual administración, encabezada por Isis Díaz, ha permitido la realización de un mural de boxeadores en este recinto, demostrando una grave falta de sensibilidad y madurez en la gestión del patrimonio local.
Este acto no solo ofende a los aficionados taurinos y a la comunidad sanmariense, cuya identidad está ligada fuertemente a la tradición de la tauromaquia, sino que también atenta contra la historia misma de la plaza. Pintar boxeadores en un lugar que debería exaltar y conservar la esencia de la fiesta brava es, francamente, un despropósito que raya en el insulto.
Lejos de “modernizar” o “dar vida” a la Plaza de Toros, esta intervención termina por desvirtuarla y descontextualizarla.
Lo que realmente necesita es una restauración fiel a sus orígenes: rescatar colores, estructura y espacios que honren la herencia que representa.
Meter un mural de boxeadores en un recinto taurino es una muestra de desconocimiento histórico, y peor aún, de poca consideración por las raíces culturales que han hecho de Santa María del Río un referente para la tauromaquia en el país.
Es incomprensible que, en lugar de fomentar corridas de toros (o actividades compatibles con el carácter taurino) y revitalizar la plaza con un proyecto integral de restauración, se opte por una pintura que poco o nada tiene que ver con la tradición local.
La indignación de los sanmarienses está más que justificada.
Este mural no enaltece la cultura de Santa María del Río, sino que minimiza su legado.
Si de verdad se pretende dar un nuevo impulso a la Plaza de Toros, la vía adecuada es invertir en su conservación, difundir su historia y promover eventos acordes con su naturaleza.
En definitiva, esta decisión evidencia una preocupante falta de criterio y respeto hacia el patrimonio histórico. La Plaza de Toros de Santa María del Río no necesita “experimentos” modernistas mal concebidos, sino una gestión responsable que valore y preserve su importancia cultural, devolviéndole el brillo y la autenticidad que la han hecho destacar a lo largo de los años.