19/10/2025
¡Ay, mi Jocotepec!
Estamos tan acostumbrados a recibir migajas que ya no notamos cuántos se enriquecen a nuestras costillas.
Hace unas semanas escuché a una candidata decir con voz convincente:
"Soy originaria de aquí, del municipio. He visto muchas necesidades; realmente hay pueblos que necesitan mucho apoyo..."
Y no pude evitar preguntarme: ¿apenas te diste cuenta?
Porque quien ha gobernado estos últimos tres años ha sido tu padre, y si hoy hablas de carencias, es porque esas mismas carencias son la herencia que él nos deja.
Lo más triste es que, sabiendo de esos pueblos olvidados, hayas permanecido callada.
Dicen que quien guarda silencio ante la injusticia también es cómplice de ella y tu silencio te hizo parte del olvido que hoy pesa sobre Jocotepec.
Las desgracias no se ocultan: se sienten, se ven, se viven.
Basta con recorrer los caminos para entenderlo, esos caminos que parecen pedir a gritos una OFRENDA HUMANA para ser atendidos. Caminos que duelen, como duele ver a un pueblo rendido ante la costumbre de conformarse con lo poco.
¿Hasta cuándo entenderemos que este problema nos pertenece a todos?
Si seguimos vendiendo la dignidad al mejor postor, terminaremos siendo esclavos del mismo abandono que decimos querer cambiar.
Y si algo me causa verdadera tristeza de Río Chiquito, es ver cómo algunos que se dicen “LIDERES Y LA CREMA INNATA ” de rio chiquito han cambiado los valores por monedas, la conciencia por conveniencia.
Van de casa en casa comprando voluntades, regalando lo que no es suyo, como si la dignidad del pueblo tuviera precio.
Se comportan como quienes se visten de virtud para ocultar su miseria moral. No venden su cuerpo pero van ofreciendo su palabra al mejor postor, sin pudor ni vergüenza.
¿En qué momento se les endureció el corazón?
¿Qué ejemplo dejan a sus hijos cuando les enseñan que el dinero vale más que la VERDAD?
¿Con qué cara señalarán mañana lo que hoy cometen con tanta naturalidad?
La historia no olvida, el pueblo observa y el tiempo cobra su factura.
Tarde o temprano, las máscaras caen y entonces será claro quién luchó por el bien común y quién se vendió por unas cuantas monedas.
Jocotepec no necesita más herederos del poder, ni más promesas disfrazadas de esperanza.
¡Si vas a votar, vota hazlo desde tu libertad!