08/08/2025
Paralizado, pero no vencido: Zenaido quiere cuidar a quien siempre lo cuidó
Zenaido Vázquez Vargas tiene 45 años y una mirada que no se apaga. Hace quince años, un accidente laboral le cambió la vida para siempre. Mientras manejaba rumbo a Monterrey, cumpliendo con su trabajo como chofer particular, sufrió una volcadura que le causó una severa lesión medular a nivel cervical. Desde entonces, quedó parapléjico. No tenía seguro ni apoyo médico de su patrón, quien tras prometerle ayuda desapareció del mapa. Hoy, con esfuerzo y mucha voluntad, ha recuperado algo de movilidad en brazos y manos, pero aún depende de cuidados constantes.
Lejos de rendirse o quedarse esperando caridad, Zenaido ha buscado adaptarse y ganarse la vida. “No me golpeé la cabeza, todo me carbura bien”, dice con firmeza, convencido de que aún puede aportar y salir adelante con trabajo digno. Lo que más le duele no es su condición física, sino ver a su madre, Aurelia Vargas Becerra, de 62 años, perder la vista y no poder costear su tratamiento.
Aurelia ha sido su fuerza todos estos años. Ella lo baña, lo alimenta, lo ayuda a moverse de la cama a la silla de ruedas. A pesar de su propio dolor físico, sigue adelante. Su ojo izquierdo sufre un desprendimiento de retina que ha empeorado con el tiempo. Fue operada hace años, pero por falta de recursos no se completó el tratamiento, y ahora necesita nuevos estudios, gotas oftálmicas especiales y una nueva cirugía. El costo de todo esto supera los 3,000 pesos, cantidad que simplemente no tienen.
“Se me fue todo el dinerito del gobierno en medicinas para mi mamá”, cuenta Zenaido. “Ahora nos piden un eco y gotas, pero no tenemos ni para eso. Ella es mi fuerza, sin ella no soy nada”.
Viven en la calle del Ruiseñor número 637, en la colonia Barrio de Pajaritos. En casa hay apenas una pequeña tienda que apenas alcanza para lo básico: “nomás sale para las tortillas”, dice Aurelia. No tienen otro ingreso más que el apoyo gubernamental. Aún así, no dejan de luchar.
“No queremos solo queremos ayuda”, insiste Zenaido. “Queremos trabajo, una oportunidad, algo que me permita sentirme útil. Aunque sea desde mi silla de ruedas, puedo hacer muchas cosas. Solo necesito que alguien crea en mí”.
Para quienes deseen ayudarles, ya sea con una oportunidad de empleo para Zenaido, apoyo médico para Aurelia o un donativo que permita realizar los estudios y tratamientos necesarios, se ha habilitado una cuenta bancaria:
Tarjeta BBVA: 4152 3143 6748 7132
Teléfono de contacto: 834 207 7537
Cada peso cuenta, pero más aún, cada gesto de solidaridad. Zenaido no pide compasión, pide esperanza. Y hoy, su lucha también puede ser un reflejo de la dignidad de quienes, a pesar de las adversidades, siguen creyendo en la vida, en el trabajo y en el amor por su madre.