01/12/2025
Con humildad, músicos de Matehuala cargan sus instrumentos para tocar en evento en la sierra.
- Lo que pocos ven; Llevan el pan a sus casas cada que caminan, viajan largas distancias, cruzan caminos de sierra, suben cerros, atraviesan rancherías y comunidades enteras con un solo propósito
Así quedó demostrado una vez más por los músicos de la región, en especial por el Grupo Atrevido de Matehuala, quienes compartieron en redes sociales una experiencia que refleja la parte del oficio que casi nadie ve, pero que merece ser contada.
Detrás de cada fiesta, cada reunión familiar, cada celebración donde la música alegra los corazones, existe un sacrificio enorme que pocas veces se menciona.
Los músicos del Matehuala no solo tocan: se entregan.
Ellos caminan, viajan largas distancias, cruzan caminos de sierra, suben cerros, atraviesan rancherías y comunidades enteras con un solo propósito: ganarse el pan de cada día haciendo lo que aman, que es llevar música, alegría y compañía a quienes los contratan.
Esta vez, el destino fue la comunidad de El Jordán, en el municipio de Catorce, San Luis Potosí.
Un lugar donde el camino se angosta tanto que ni la camioneta puede avanzar, donde la tierra húmeda se vuelve lodo y la montaña marca su propio ritmo. Ahí, donde la sierra se impone y los senderos se vuelven estrechos, el Grupo Atrevido demostró por qué la música del Altiplano tiene un valor tan especial.
La camioneta ya no pudo avanzar.
El camino se redujo a un senderito donde apenas cabe una persona.
Y es ahí donde empieza la parte que casi nadie ve: acarrear bocinas, cargar instrumentos, subir la batería, los bajos, los medios… a pie y en b***o, durante casi 2 kilómetros, desde el vehículo hasta la casa donde sería el evento.
Aun así, no hubo queja.
Solo voluntad. Solo pasión. Solo ese compromiso que distingue a quienes aman profundamente su oficio.
Y al final, gracias a Dios —como ellos mismos lo dijeron— el evento se cubrió.
La música sonó, el festejado Ernesto Castillo celebró su cumpleaños como se lo merecía y la comunidad del Jordán recibió la alegría que solo un grupo como Atrevido sabe llevar.
Porque ser músico en el Altiplano no es un trabajo: es una vocación que se carga en la espalda, en el alma y en cada kilómetro recorrido.
Y lo que hicieron en la sierra de Catorce es un recordatorio de que detrás de cada canción hay historias de esfuerzo, sacrificio y amor por la música.
Grupo Atrevido, originarios de Matehuala, continúa demostrando por qué su nombre honra su espíritu: atrevidos para llegar a donde otros no llegan, atrevidos para caminar lo que haga falta, y atrevidos para poner su talento al servicio de la gente.