08/10/2025
“Los homies que se fueron temprano 🕊️”
En el barrio uno aprende que la muerte no avisa, solo llega…
A veces en la madrugada, a veces en la esquina de siempre, esa donde antes se escuchaban risas y cotorreo, y ahora solo queda silencio y eco.
Muchos se fueron antes de tiempo, homies que crecieron conmigo, que compartieron el pan, el cigarro y hasta las lágrimas.
Gente real, que no buscaba fama ni gloria, solo sobrevivir un día más en un mundo que nunca nos dio opciones.
A veces cierro los ojos y todavía los veo, sentados en la banqueta, soñando con cosas simples: una vida tranquila, una casa pa’ su jefa, una familia que no tuviera que llorarlos.
Pero el destino fue cruel, y la calle no perdona. Algunos cayeron por culpa de la vida, otros por decisiones que en el momento parecían necesarias.
Cada que paso por el barrio, sus nombres siguen vivos en las paredes, en los murales, en las letras grabadas en los postes, en los tatuajes de los que seguimos aquí.
No están físicamente, pero su presencia se siente en el aire, en el viento que pega cuando cae la noche, en los recuerdos que se niegan a morir.
A veces el dolor se vuelve rutina, y aprendemos a sonreír aunque el alma esté rota.
Pero una cosa es cierta: los verdaderos homies nunca mueren, porque dejaron parte de ellos en cada historia, en cada risa, en cada pelea, en cada abrazo.
Fueron, son y serán parte del barrio, parte de nuestra sangre, parte del motivo por el cual seguimos firmes.
Por eso cada que alzo la vista al cielo, no pido mucho… solo que estén en paz, que vean que seguimos aquí, resistiendo, honrando su memoria.
Porque en este juego llamado vida, ellos ya cumplieron su parte, y nosotros seguimos escribiendo la nuestra.
Hasta que un día volvamos a encontrarnos, carnal… y podamos decirnos:
“Lo logramos, homie… sobrevivimos a la calle, aunque sea desde el recuerdo.”
✊🕯️