09/08/2025
🔥 “Marilyn Manson vs. los guardianes de la moral de plastilina”
En hay quienes creen que un hombre maquillado y con guitarras distorsionadas es una amenaza mayor que los narcos que reclutan adolescentes en sus calles. Que Manson “corrompe” más que los corridos que glorifican ejecuciones o el reguetón que convierte a las mujeres en accesorios de lujo.
La Unión Nacional de Padres de Familia ha reunido más de 6 mil firmas para evitar que el “anticristo del rock” ponga un pie en la FENAPO. Y no lo hacen por odio a la música, dicen, sino porque quieren “entornos seguros y saludables” para las familias. Claro, porque lo que traumatiza a los niños no es la pobreza ni la violencia real que ven todos los días… sino un hombre con maquillaje y letras incómodas.
El arzobispo también levantó la voz: la feria tiene “origen religioso” y Manson no encaja con ese espíritu.
La religión, con su moral infantil de “esto es bueno, esto es malo”, quiere decidir lo que puedes escuchar. Temen que una canción rompa la fe de los creyentes, como si su dios se desmoronara al primer acorde de guitarra. Y así, mientras el país sufre verdaderas crisis, concentran su cruzada en censurar un concierto.
Lo prohíben porque les incomoda, porque no lo entienden, porque desafía el orden que les conviene. No es protección: es control. No es virtud: es miedo disfrazado de pureza.
En 1989 ya le pasó a Black Sabbath. Ahora quieren repetir la jugada. Y no se dan cuenta de que cada intento de prohibición no hace más que dar publicidad gratis al artista. Es la vieja paradoja: lo prohibido seduce, lo censurado vende.
Tal vez, en el fondo, su verdadero temor es que la juventud descubra que el arte puede ser más libre que su moral… y que la música, incluso la más oscura, grita verdades que sus rezos no se atreven a pronunciar.
Nietzsche decía: “Los que bailaban eran vistos como locos por quienes no podían escuchar la música.”
✍️José Manuel Magaña Buenomaganabueno ·