26/11/2025
José Ángel Munguía Zurita: cuando el arte urbano se vuelve historia personal en Tepic
Hay artistas que pintan paredes, y hay otros —como José Ángel Munguía Zurita— que pintan memoria. En la cabina de Heraldo Radio Tepic nos contó cómo empezó todo con algo tan simple como pedir permiso para una pared:
“Desde que inicié jamás me ha gustado llegar y pintar por pintar. Yo siempre buscaba una barda donde el dueño me dijera que sí, porque el arte también es respetar el espacio de los demás… y de ahí me fui picando, tratando de evolucionar poquito a poquito,” relató José Ángel, con esa serenidad de quien sabe que el talento también se disciplina.
El color lo atrapó sin aviso. Primero curiosidad, luego necesidad, después identidad. Y aunque hoy muchos reconocen su estilo, él recuerda que al principio la gente volteaba con desconfianza:
“Antes te veían con la lata en la mano y pensaban que ibas a hacer desastre. Ahora ya es distinto. La gente pasa, se queda viendo, pregunta, te dice que qué bonito quedó… y eso para mí ha cambiado todo, porque uno siente que ya no estorba, sino que aporta,” dijo José Ángel, con genuino asombro por cómo Tepic ha cambiado la mirada hacia el arte urbano.
En la charla también reconoció el impacto que tuvo el impulso institucional hacia los muralistas locales:
“Cuando se empezaron a abrir espacios, cuando ya no te corrían de las paredes, cuando el gobierno dijo que también era arte… pues nos sentimos arropados. No era solo pintar, era sentir que nuestro trabajo valía,” contó José Ángel Munguía Zurita, recordando esa etapa como un parteaguas para él y para toda la comunidad creativa.
Hoy, José Ángel tiene dos lenguajes: el muro y la piel. Del aerosol pasó a la aguja, pero sin perder filosofía:
“En el tatuaje y en los murales busco lo mismo: que la gente se reconozca. Que vea algo que le diga algo. Yo no quiero hacer cosas porque sí, quiero dejar algo que dure, que tenga sentido.”
Y aunque él lo minimiza, todos lo hemos visto sin saber que era él: esquinas conocidas, fachadas que uno identifica sin pensar. Su sello está ahí, discreto pero presente.
José Ángel Munguía Zurita no presume, construye; no invade, transforma. No busca fama, busca huella.
En una ciudad que corre, que cambia y que a veces olvida, su arte hace lo contrario: nos recuerda.