
14/07/2025
El hombre equivocado te drena mientras lo llama “amor”.
Te ve cargar sola con lo emocional, lo mental, lo económico…
y en lugar de ayudarte, te aplaude la fortaleza.
Como si fuera un mérito ser el motivo por el que una mujer tiene que volverse de acero.
Ese tipo de hombre se sienta a ver cómo te partes en mil pedazos,
cómo te sostienes con una sonrisa fingida,
y aún así exige lealtad, dulzura, paz…
¿Paz?
¿En una mujer que vive en modo supervivencia?
Pero el hombre correcto…
Ese no necesita que tú puedas con todo.
Sabe que puedes… pero no lo permite.
No porque crea que eres débil, sino porque entiende que tú no viniste a cargar con alguien más.
El hombre correcto iguala tu energía.
Te sostiene sin competir contigo.
Te acompaña sin intentar dominarte.
No te deja sola con la vida mientras él se acomoda en tu amor incondicional.
Porque un verdadero compañero no observa desde la orilla.
Se mete al agua contigo.
Nada contigo.
Te impulsa cuando te cansas.
El amor no es una prueba de cuánto puede aguantar una mujer…
Es una danza donde ambos se sostienen.
Y no importa cuán independiente sea una mujer…
toda mujer quiere poder descansar.
Quiere exhalar sin miedo.
Quiere saber que si un día se quiebra… no va a caer sola.
Así que, señores:
Si quieren que una mujer sea suave con ustedes… denle seguridad.
Si quieren que los admire… háganlo con acciones, no con discursos.
Y si quieren que se apoye en ustedes…
sean el tipo de hombre que puede cargar con ella… no el que la obliga a cargar con todo.