11/07/2025
Un día no tenía ni para comer.
Al siguiente, millones lo veían RIÉNDOSE del hambre.
- Boxeador, torero y músico callejero
- Vivía alquilado y casi sin un peso.
- Rechazó contratos MILLONARIOS.
La historia conmovedora del entrañable Ramón Valdes, que te va a a REMOVER.
Ramón Valdés nació en Ciudad de México en 1923.
Era el tercero de 10 hermanos, entre ellos el gran Germán Valdés, “Tin Tan”.
Pero a Ramón no le interesaba el estrellato.
Le gustaba fumar, ir en sandalias y hacer reír.
Y eso fue todo lo que necesitó para volverse eterno.
Ramón Valdés nació en Ciudad de México en 1923.
Era el tercero de 10 hermanos, entre ellos el gran Germán Valdés, “Tin Tan”.
Pero a Ramón no le interesaba el estrellato.
Le gustaba fumar, ir en sandalias y hacer reír.
Y eso fue todo lo que necesitó para volverse eterno.
Antes de “El Chavo del Ocho”, Ramón ya había hecho más de 50 películas.
Siempre como actor secundario, al lado de Cantinflas o su hermano Tin Tan.
Pero fue Chespirito quien vio en él algo único.
Lo fichó primero para “Los Supergenios de la Mesa Cuadrada”.
Don Ramón era el único del elenco que no actuaba:
era él mismo.
Ese carácter cascarrabias, tierno, flojo, noble…
No había libreto que le hiciera falta.
Chespirito le daba una línea, y él improvisaba.
Era tan bueno que Roberto Gómez Bolaños lo dejaba hacer lo que quisiera.
Le ofrecieron contratos millonarios para irse a Televisa, pero los rechazó.
¿Por qué?
Por fidelidad a Chespirito y al equipo.
Años después se peleó con Roberto, y dejó la serie.
Él decía que nunca fue por dinero ni por ego.
No le gustaban los cambios que venían.
Ramón Valdés nunca estudió actuación. Aprendió mirando, escuchando y practicando.
Con el inglés pasa lo mismo.
Si no lo practicas, si no lo lees, si no lo escuchas a diario… se oxida.
Y cuando lo necesitas de verdad, no sale.
Cuando Ramón dejó el programa, lo pasó mal.
Tenía pocas oportunidades y mucho orgullo.
Apenas cobraba por sus shows en ferias y circos.
A veces lo acompañaba su hija, que lo veía feliz entre el público, aunque ganara poco.
Seguía siendo Don Ramón, y eso le bastaba.
Vivía de alquiler.
Sin lujos, sin grandes comodidades.
Tal como en la vecindad.
Y sí: su hija confirmó que también tenía deudas, que dormía poco y que fumaba demasiado.
Pero jamás se quejaba.
Decía que el cariño del público era su mejor herencia.Ramón Valdés venía de una familia de artistas.
Su hermano era Germán Valdés, el mítico Tin Tan. Pero mientras Germán llenaba cines, Ramón buscaba cómo sobrevivir.
Hacía de todo: extras, papeles pequeños, incluso vendía cosas por la calle.
La televisión le cambió la vida.
Murió en 1988, por un cáncer de estómago.
Tenía solo sesenta y cuatro años.
Don Ramón no fue un personaje.
Fue una parte de todos.