29/09/2025
👩🏾👧👧 En 1979 adoptó a nueve niñas negras que nadie quería — hoy, décadas después, el mundo no puede creer en lo que se convirtieron
En 1979, la vida de Clara Johnson, una joven viuda de 32 años, dio un giro inesperado. Dos años antes había perdido a su esposo, y desde entonces sentía que su casa —esa que soñaban llenar de hijos— se había quedado vacía de amor.
Un día lluvioso, al pasar por el orfanato St. Mary’s para entregar una pequeña donación, escuchó un llanto que la llevó hasta una sala en penumbras.
Allí estaban: nueve bebés negras alineadas en cunas idénticas. Ojos grandes, manos diminutas estiradas buscando un abrazo.
Una trabajadora social le dijo en voz baja:
👉 “Las dejaron en las escaleras de la iglesia. Nadie las quiere. Pronto las separarán.”
Esa palabra —separar— le atravesó el corazón. Recordó lo último que su madre le había dicho: “Cuando nadie más quiera cuidar, sé tú la que cuide.”
Y sin pensarlo, con la voz temblorosa, preguntó:
➡️ “¿Y si me las llevo… a todas?”
La enfermera quedó helada.
—¿Las nueve? Señora, eso es una locura. Arruinará su vida.
Pero Clara ya había decidido. Pese a la oposición de familiares, vecinos y hasta trabajadores sociales, firmó los papeles y, en cuestión de días, una mujer negra, viuda y con apenas un empleo humilde, se convirtió en madre de nueve niñas negras que nadie quería.
💪 Lo que vino después no fue fácil: noches de llanto, pañales y biberones interminables. Clara vendió lo poco que tenía, trabajó jornadas dobles como costurera y limpiando casas, aguantó señalamientos, burlas y comentarios crueles.
Pero nunca se arrepintió.
Encontró felicidad en las cosas más sencillas: la primera vez que todas rieron juntas, las noches de tormenta en que las nueve se acurrucaban contra su pecho, los cumpleaños con pasteles torcidos hechos en casa, las navidades con regalos envueltos en periódico, las canciones que inventaba para dormirlas.
Para muchos, eran “Las Nueve Johnson”. Algunos lo decían con respeto, otros con desprecio:
👉 “¿Cómo va a poder una sola mujer criar a tantas niñas?”
👉 “Seguro lo hace para llamar la atención.”
Clara nunca se defendió. Prefería aparecer cada mañana con trenzas bien hechas, uniformes limpios y almuerzos preparados, aunque eso significara no comer ella.
El dinero siempre fue escaso, pero el amor nunca faltó.
Y con los años, esas nueve niñas crecieron y se convirtieron en mujeres fuertes, profesionales y madres que siempre volvieron a casa para rodear a la mujer que lo sacrificó todo por ellas.
🌟 Hoy, décadas después, la historia de Clara Johnson sigue viva como ejemplo de que el verdadero amor no se mide en sangre, se mide en sacrificio.