05/06/2025
"EL COCHERO DEL PASO DE LAS CARRETAS.
Según los más antiguos de la comunidad, el cochero, había enterrado cientos de lingotes de oro y los custodiaba por las noches caminando por donde quiebra la entrada a San Martín Toltepec y el fraccionamiento Paseos, debajo de los soberbios gigantes sembrados a cada lado del camino, para desviarse a la izquierda y caminar por las cercanías de los ranchos intermedios y concluyendo en el puente de la Luz en Tecaxic .
El protagonista de ésta historia, no había tenido experiencias sobrenaturales, sin saber nada de las leyendas de aparecidos, las consideraba sólo cuentos para espantar. Carlos era estudiante de preparatoria, a sus 18 años, ya estaba por ingresar a la universidad.
Ya le habían contado de ciertos aparecidos en el Paso de las Carretas, paraje al norte de Tecaxic que según la historia, era un parador obligado para hacer el cambio de recuas, descanso de los cocheros y escala de Arrieros.
Una noche de diciembre, en época de posadas, Carlos asistió a una reunión con amigos; el tiempo se fue cómo agua, ya pasaba la media noche, por lo que pensó en buscar taxi. Su amigo de fiesta, se ofreció a darle un aventón. Lo más que lo podía acercar, era en Calixtlahuaca por lo que aceptó el raite hasta "El Paso".
Nuestro trasnochado amigo, vivía en Santa Martha, así que, le daba igual esperar y ver si algún taxi lo levantaba, pero decidió caminar, pues pronto la helada comenzaría a caer, además era mejor hacer ejercicio que esperar.
Su primera opción era el camino a Tecaxic, pero temía que algún carro lo atropellase. Pensó usar el paso de los Arenales, pero la soledad del camino no lo convencía. Entre todo eligió el antiguo camino para Almoloya, esa parecía la mejor opción. Caminaba sereno, ningún auto desde el "Paso" a la entrada a San Martín encontró.
Ya iba a tomar la terracería del camino a Almoloya y en breve la cortadura a Tecaxic Al principio lo dudaba, ya iba recorrer el tramo del antiguo parador. No creía en los aparecidos pero recordar la leyenda lo hacía dudar. Comenzó a caminar debajo de los gigantes, siguiendo el sendero, llegaría a la cortadura del ramal a Tecaxic y de ahí a Santa Martha. En aquel tiempo, aún no se construía el fraccionamiento de Paseos.
La noche era fría y oscura. En la lejanía se oían los ruidos nocturnos de alguna fiesta. Un cambio de temperatura le invadió, seguido de una aulladera de perros que comenzó a permear desde la lejanía de Santiaguito Tlalcilalcali y hasta San Martín Toltepec.
A lo lejos, percibió la forma de un hombre con capa, sombrero y un perro al lado de él. Tenía aspecto de un hombre escuálido y largo, los árboles rechinaron a su paso, iba en dirección a Carlos.
-Buenas Noches joven- dijo el extraño hombre, en tono de burla, a la vez que un aire gélido envolvió a Carlos. El misterioso ser, parecía dirigirse hacia Calixtlahuaca. Carlos quedó petrificado no pudo devolver el saludo, esa escena le parecieron años, creía que su caminar era lento ante el ser.
Terminando de atravesar los gigantes, volteo a ver el andar del hombre, pero ya no vio a nadie. Solo persistiendo el aullar y ladridos de perros, desde la entrada de San Martín, hasta el centro de este pueblo.
Carlos apresuró su andar hasta llegar a Santa Martha y nunca más salió tarde de los lugares a los que le invitaban, mucho menos se le ocurrió pisar el paraje del Paso de las Carretas ni la calzada de gigantes.
Leyenda adaptada, la versión original puedes consultarla en la pagina , Toluca México Se subió a la red el 8 de enero de 2017.
Crónica San Martín Toltepec. Fortaleciendo el sentido de identidad y pertenencia.