10/09/2025
🧡
“El Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado, y salva a los de espíritu abatido.” (Salmo 34, 18)
En el sufrimiento y la tristeza más profunda, Dios nunca se aleja, sino que se acerca con ternura al corazón herido. El Señor nos invita a ser instrumentos de su consuelo, recordando que ninguna vida está sola ni carece de valor. En la comunidad cristiana, especialmente en el Seminario, cada abrazo, cada palabra y cada gesto de esperanza son signos visibles del amor de Cristo, que sana y levanta al caído. Prevenir el suicidio es también anunciar que la vida es un don sagrado, siempre digno de ser vivido en comunión con Dios y con los hermanos.