
03/07/2025
¿Justicia solo para unas cuantas?
Tal parece que el discurso del Fiscal General Jorge Luis Llaven Abarca sobre el compromiso con las mujeres y niñas es solo para unas cuantas, como Ana Gabriela García. En el Centro de Justicia para las Mujeres (CEJUM) en Tapachula, específicamente en la Unidad de Violencia de Género, esa consigna se convierte en letra mu**ta para la mayoría de las víctimas.
Bajo la nueva administración de la Subdirectora de Violencia de Género, la Lic. Evangelina Mendoza Rizo, los principios de atención, justicia y protección parecen aplicarse solo a quienes gozan de su favoritismo. Hemos acudido a ella con quejas puntuales contra la Ministerio Público Gabriela, pero nada sucede. Todo queda en la impunidad.
Hacemos un llamado urgente al Fiscal General Jorge Luis Llaven Abarca y al Fiscal Arturo Pablo Liévano para que tomen cartas en el asunto. Es inadmisible que el personal adscrito al CEJUM no se presente a laborar con regularidad, dejando nuestras denuncias en el abandono total. La Subdirectora Evangelina Mendoza Rizo no solo protege a estas funcionarias, sino que incluso justifica su ausencia con supuestas salidas por “trámites” o “cursos”, los cuales jamás se traducen en atención a las víctimas.
Lo más grave es que múltiples testimonios señalan que algunas denuncias no avanzan porque nuestras agresores ya han pagado a estas servidoras públicas para frenar los procesos. La justicia, en muchos casos, ha sido convertida en moneda de cambio. Es inaceptable que se prioricen intereses personales y redes de amistad por encima del dolor y la urgencia de quienes hemos sido violentadas.
El Decálogo Humanista promovido por el Fiscal General para la protección de mujeres, niñas, niños y adolescentes pierde todo valor si quienes deben aplicarlo no cumplen con su deber ni muestran la más mínima empatía.
Una investigación exhaustiva sobre el actuar de la Subdirectora Evangelina Mendoza Rizo y su círculo cercano en CEJUM.
La reestructuración del personal de la Unidad de Violencia de Género con funcionarias verdaderamente capacitadas y comprometidas.
Que los nuevos nombramientos sean transparentes y seleccionados desde instancias centrales en Tuxtla Gutiérrez, lejos de intereses locales que perpetúan el abandono institucional.
Es momento de garantizar justicia real y no solo discursos vacíos. ¿Hasta cuándo las mujeres, niñas y niños vamos a recibir una atención digna y justa?