24/06/2025
El Cairo y yo
El Cairo no se disfraza.
No pide perdón por sus cicatrices,
ni esconde el caos que le atraviesa los días.
Camina con el pecho abierto,
con grietas que no intenta curar.
Y yo… me vi en ella.
Porque hay algo en su desorden
que se parece al mío.
Algo en sus muros gastados,
en sus esquinas rotas,
que me recordó que también yo
llevo historias que no se ven a simple vista.
El Cairo arde,
como yo he ardido.
Grita,
como yo he gritado por dentro sin que nadie escuche.
Y aún así, sigue.
Con polvo en los pies,
con la garganta seca,
con la cabeza en alto.
No vine a buscar belleza,
vine a reconocerla.
A entender que a veces lo más real
es lo que ya ha sido roto y aún así…
permanece.
El Cairo no me dio paz,
me dio reflejo.
Y eso,
aunque nadie lo entienda,
fue todo lo que necesitaba.