27/02/2025
|| Los tienen el deber de prohibir aquellos discursos que promuevan el odio e inciten a la violencia, pero, abusando de su autoridad, muchos silencian la disidencia pacifica con leyes que criminalizan la libertad de expresión. Para ello, se invoca a menudo la lucha contra el terrorismo, la seguridad nacional o la religión. Además, en los últimos tiempos, las autoridades vienen amenazando la libertad de expresión con medidas represivas
¿Por qué es importante la libertad de expresión?
El derecho a la libertad de expresión está consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que describe sus elementos fundamentales como derecho consustancial a todas las personas. Posteriormente, ese derecho ha quedado protegido en infinidad de tratados internacionales y regionales.
La defensa de la libertad de expresión ha sido siempre parte esencial del trabajo de Amnistía Internacional, y es imprescindible para la rendición de cuentas de quienes ejercen el poder. Además, la libertad de expresión es inherente a otros derechos humanos, como el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión que, sin ella, no podrían realizarse plenamente.
Tu voz cuenta. Tienes derecho a decir lo que piensas, a compartir información y a reivindicar un mundo mejor. También tienes derecho a estar o no de acuerdo con quienes ejercen el poder y a expresar tus opiniones al respecto en actos pacíficos de protesta.
El ejercicio de esos derechos, sin temor ni interferencias indebidas, es esencial en una sociedad abierta y justa, en la que se pueda acceder a la justicia y disfrutar de los derechos humanos.
Sin embargo, gobiernos de todo el mundo encarcelan a gente de forma habitual —o peor— sólo por alzar la voz, pese a que casi todas las constituciones nacionales ensalzan el valor de la libertad de expresión.
Los gobiernos tienen el deber de prohibir aquellos discursos que promuevan el odio e inciten a la violencia, pero, abusando de su autoridad, muchos silencian la disidencia pacifica con leyes que criminalizan la libertad de expresión. Para ello, se invoca a menudo la lucha contra el terrorismo, la seguridad nacional o la religión. Además, en los últimos tiempos, las autoridades vienen amenazando la libertad de expresión con medidas represivas contra activistas, ONG y personas anónimas que ayudan a la población refugiada y migrante.
La tolerancia de los gobiernos frente a opiniones desfavorables y voces críticas es, con frecuencia, un buen indicador de su respeto por los derechos humanos en general.
Amnistía Internacional apoya a quienes alzan la voz pacíficamente, en su propio nombre o en nombre de otras personas: desde periodistas que informan sobre la violencia de las fuerzas de seguridad, hasta sindicalistas que denuncian condiciones laborales deficientes o líderes indígenas que defienden sus derechos a la tierra ante grandes empresas. De igual forma, defenderíamos el derecho a expresarse pacíficamente de quienes respaldan las posturas de las grandes empresas, las fuerzas de seguridad o el empresariado.
Consideramos preso o presa de conciencia a cualquier persona encarcelada sólo por haber ejercido, de forma pacífica, su derecho a la libertad de expresión, y pedimos su liberación inmediata e incondicional... Seguiremos informando
https://www.amnesty.org/es/what-we-do/freedom-of-expression/
Asimismo, guarda estrecha relación con la libertad de asociación, es decir, el derecho a constituir clubes, sociedades, sindicatos o partidos políticos con cualquier persona que se desee y afiliarse a ellos; y con la libertad de reunión pacífica, que se concreta en el derecho a participar en manifestaciones pacíficas o reuniones públicas.
Sin embargo, estas mismas libertades son atacadas reiteradamente por gobiernos que tratan de silenciar las criticas.
Texto recomendado para el alcalde uruapense Carlos Manzo, sus funcionarios (aunque reconocemos que no todos) y sus seguidores, quienes continuamente censuran a la por el simple hecho de que no se ejerce una labor de acuerdo a su conveniencia e intereses.
Defender la libertad de expresión ha sido siempre esencial en nuestro trabajo; ayuda a proteger los demás derechos.