10/08/2025
🔥🎤 “Yo me sentía muy chin%gn, como si fuera el más pesado de mi barrio. Pensaba que vender piedritas, andar con cuatro morras y sonar en la calle me hacía importante.
Pero cuando llegué a la sombra y estuve rodeado de verdaderos pesos pesados —gente que había quitado la vida a 50 o 100 personas; vatos metidos en redes internacionales— entendí que no era nadie.
Ahí me cayó la ficha: ‘¿Neta, esto eras tú? Un güy creyéndose gran cosa por andar en la loquera, mientras estos movían toneladas’. Me sentí estpido. Como malandro, no era nada. Como jugador en ese mundo, no era nadie. La única diferencia era que a todos esos güyes… yo sí les ganaba rapeando. Esa era mi única ventaja, y ahí entendí que mi talento no era un juego: era mi única salida.
Me castigaron cuatro meses solo, sin libros, sin tele, sin nada. Luz prendida 24/7, celda blanca, paredes blancas… todo blanco. Perdí la noción del tiempo y ahí, solo, me enfrenté a mi ego. Tenía años hablándole a la Santa, pero esa vez, por primera vez en mucho tiempo, le hablé a Dios.
No le pedí que me sacara, solo fuerza para aguantar. Le dije: ‘Tú sabes lo que hice, no hay nada que te pueda ocultar, nomás dame fuerza para aguantar estos 40 años’. Y al otro día, mi hermana me dijo: ‘Ya te vas… pero a la casa’. No lo creí. Dormí con mi mujer y mi hijo esa noche, pero no me quería dormir… sentía que si cerraba los ojos iba a despertar otra vez en esa celda.
Me prometí que nunca más haría algo que me volviera a poner en ese lugar… a menos que fuera por proteger a los míos. Salí, arranqué Babilonia Music y me dejé de pndejadas. Ya no juego a ser malandro… ahora juego a ganar 🏆.
— Babo, del Cartel de Santa, sobre la cárcel, el ego y la revelación que lo cambió todo.”