05/04/2025
“El Sidralí”, la fábrica de refrescos que tuvo Yuriria:
En la década de 1940 un grupo de hombres que en ese tiempo se encontraban en buena posición económica y con la juventud y el entusiasmo en sus manos, decidieron emprender un negocio de fabricación de refrescos, fue fundada entonces la fábrica “El Sidralí”, de quien fueron socios Fulgencio Rangel Nuñez, Joaquín Malagón, Fandila Peña, Joaquín Guzmán y Jesús Guzmán Cíntora.
Iniciaron los trabajos de producción en el local donde hoy día se encuentra la Tortillería “Hermanos Rangel” en la calle Hidalgo #25, posteriormente cambió su domicilio a un local de la misma calle Hidalgo, junto al templo de la Preciosa Sangre.
Establecieron una cadena de producción, donde tenían entonces la función para el lavado de las botellas, la preparación de sabores, que en ese tiempo se extraían de frutas naturales; la gasificación, el embotellado, la colocación de corcholatas, la manipulación de las máquinas, limpieza, etc.
La producción de refresco se hacía en envases de un sólo tamaño, a las que apodaban “quintitas”, era un envase de vidrio, sin estampado ni etiqueta de aproximadamente 250 mililitros. Y los sabores que se producían eran: limón, naranja, grosella y el más afamado que fue el de manzana.
Diariamente salía una camioneta de redilas, cargada con las cajas de refresco con rumbo a las distintas rancherías del municipio, entre ellas: Ochomitas, El Tigre, El Xoconoxtle, Puerto de Águila, El Cimental, Porullo, Tinaja de Pastores, etc. Inclusive se convenció a los vecinos de Zapotitos de abrir un camino para que el camión repartidor pudiera pasar a esta comunidad, que en ese entonces únicamente tenía brechas para pasar a pie.
Con el paso de los años, y la entrada de nuevos refrescos al mercado, la fábrica fue decayendo y la producción fue bajando; tuvieron que bajar la cantidad de empleados, hasta llegó un momento en que Don Jesús Guzmán tuvo que hacer la labor de repartidor y llevar los pedidos a las comunidades.
A finales de la década de 1950 la fábrica cerró la producción y desapareció, dejando en la memoria de muchos el recuerdo de los exquisitos sabores naturales de sus refrescos.
Agradezco a la Sra. Estela Guzmán y su hijo Gustavo Hernández Guzmán, hija y nieto del antiguo Cronista de la Ciudad, Don Jesús Guzmán Cíntora por su apoyo en la recolección de la información.
— José Luis Chávez Orozco.