19/11/2025
Despertar poético
El ser superior se busca a si mismo
Por: José Luis Valencia Castañeda
Y Dios dijo: Que haya luz; y hubo luz. Y Dios vio la luz, que era buena; y Dios dividió la luz de la oscuridad. Dios llamó a la luz Día, y llamó a la oscuridad Noche. Y la noche y la mañana fueron el primer día. Y Dios dijo: Que haya firmamento entre las aguas, y que se dividan las aguas de las aguas. Y Dios hizo el firmamento, y dividió las aguas que estaban bajo el firmamento de las aguas que estaban sobre el firmamento; y así sucedió.
Y Dios dijo: Que las aguas que están debajo del cielo se junten en un solo lugar, y que aparezca la tierra seca; y así sucedió. Y Dios llamó a la tierra seca Tierra; y a la unión de las aguas las llamó Mares; y Dios vio que eso era bueno.
Y Dios dijo: Que la tierra produzca pasto, que las plantas produzcan semillas y que cada árbol frutal sobre la tierra produzca frutos según su clase, cuya semilla esté dentro de los mismos; y así sucedió.
Que haya luces en el firmamento del cielo para separar el día de la noche; y que sean signos para las estaciones, los días y los años; y que ellas estén en el firmamento del cielo para que den luz a la tierra; y así sucedió.
Y Dios dijo: Que las aguas produzcan las criaturas que se mueven y que tienen vida de manera abundante, y aves que vuelan por encima de la tierra en el firmamento abierto del cielo. Y Dios creó grandes ballenas y cada una de las criaturas que se mueven, las cuales las aguas produjeron de manera abundante según su especie, y cada ave según su especie. Y Dios vio que esto era bueno.
Y Dios dijo: Que la tierra produzca criaturas vivientes según su especie, ganado, y cosas que repten, y bestias según su especie; y así sucedió. Y Dios hizo las bestias de la tierra según su especie y el ganado según su especie, y todo lo que repta en la tierra según su especie. Y Dios vio que era bueno.
Cuando Dios creo a la tierra y a las creaturas lo hizo con un fin, ese fin es conocerse a sí mismo, o ¿Tendría caso crear vida, si la vida se tiene que destruir sistemáticamente, sin un objetivo?, no tendría caso. Al menos no dentro de la lógica humana, pero Dios no es humano, tiene un entendimiento distinto.
Cuando se vio solo, vagando como una energía única sobre un espacio infinito, que nosotros intentamos delimitar para entenderlo en nuestra mente de tres dimensiones, se preguntaba ¿Qué soy? ¿Cómo soy? ¿A dónde voy? ¿Qué hago aquí?
Cuando Dios se dio cuenta de su existencia no se entendía, se cuestionaba, a pesar de que tiene conocimiento del todo. Pero si el todo estaba limitado a un todo pequeño solo visible para él, pero infinito para un ser superior a él, al igual que el conocimiento de nosotros mismos, nos limitamos a lo que nuestro entendimiento tiene de información.
Así Dios, siendo nosotros semejanza a él, está en el proceso de conocerse, y es a través de su creación como Dios se conoce, en su vagancia, en su informidad, en su apersonalidad creo esta tierra, y en ella diseñó a los cocreadores, diseñó con ellos todo aquello que lo hará entender quién o qué es, nos necesita para entenderse, no se reconocería sin nosotros, la demás creación es complementaria, es la que soporta todo el sistema.
El hombre es quien debe irse adaptando a todos los cambios, los demás seres se limitan a cumplir la misión que tienen destinada, y toda gira alrededor del hombre, no es que sean dependientes o sin el hombre no existieran, pueden existir y coexistir sin la presencia del hombre, pero el hombre con consciencia es el fractal que Dios dispuso para entenderse, y comprenderse.
Cuando creó a los animales, plantas y demás seres, los dejó equilibrar la atmósfera para que la llegada del hombre no fuera tan traumática, pues el cuerpo humano es más susceptible a los cambios de la atmósfera. Con le llegada de los animales, Dios entendió que él mismo tiene todas las esencias primigenias, que el instinto fue su primer programa, y si vagaba por el espacio, se protegía de las inclemencias energéticas por instinto.
Pero no encontraba sentido a la existencia, si nada, ni nadie lo notaba, si nadie podía describirlo, egoístamente podría describirse, y señalar todas las virtudes que se tienen como Dios ¿Qué caso tenía eso?
Ninguno, nadie lo notaría, nadie lo necesitaría, nadie lo respaldaría, nadie sabría de su existencia, ni de su potestad. Así, si no gobiernas nada, si no generas nada, si no creas nada, si nadie te reconoce, si tú no te reconoces ¿Tiene caso ser Dios?, un Dios simple, sin sentido, así que convenía buscar el sentido, no sería un hombre en busca del sentido, sino Dios en busca de sí mismo.
Y la manera que se le ocurrió para reconocerse, es crear un ser semejante al suyo. El problema de crear un clon, o un fractal de sus dimensiones provocaría un gran caos, las energías se confrontarían y harían explotar a un espacio sin espacio, y no sabría la magnitud de la explosión, y lo peor, no sabría como reconocerse, no sabría si fue creado por una inteligencia superior, o sí se creó a si mismo desde una consciencia, o desde las causalidades de los macro universos, o desde la casualidad de aquello que ordena el caos.
Tenía que crear algo más pequeño, así fue como nació el Ain Sop, el lugar donde nacen las monadas. Esas que se convierten en esencias de Dios, y se formó cuando Dios empezó no a clonarse en dimensiones, sino a fragmentarse en fractales, primero fueron dos que son tres con la energía, Dios Padre, Dios Hijo, Dios espíritu santo.
Después empezaron a fragmentarse en jerarquías que serían los puentes que usaría Dios para reconocerse. Así nacieron Tronos, Potestades, querubines, arcángeles, ángeles, maestros, elohim y hombres.
Cuando por fin vio al hombre, entendió que en un fractal existe la oscuridad total y la omnisciencia, allí estaba él, reflejado, viéndose a sí mismo, y como todo proyecto tiene deficiencias, las energías inferiores necesitan un equilibrio, se requirió utilizar oscuridad para contrarrestar la luz. Sin ello, el hombre no podía caminar. Allí Dios entendió que Él mismo era luz y oscuridad, y que su existencia probaba que ambas pueden coexistir en armonía, en perfecto equilibrio.
Ahora, que se había entendido, era hora de regresar todos a la unidad, esa que ya se entendía, y podía vagar nuevamente por el espacio ahíta del saber, a pesar de la omnisciencia, y en ese proceso estamos los hombres, luchando por entender que somos, a pesar de que podemos deducir que somos fractales de un Dios enorme.
Pero la oscuridad nos tapa la luz del conocimiento, nos limita, y no sabemos cómo llegar al Ain Sop y fundirnos con el mismo Dios creador, que debe estar ya analizando la siguiente jugada, en un entendimiento superior, y para ello, nos necesita allá con Él, porqué Él con nosotros tiene todo el poder, sin nosotros, se sentirá atrapado.
No puede ir arrastrando los pies por el universo cargando todas las cargas oscuras del hombre. Su tarea es limpiarlos y regresarlos. Una tarea que se ha convertido en ardua, pues la oscuridad se camufla de hombre, haciendo difícil la tarea del retorno.
Si Él se presentase en toda su presencia, destruiría todo lo creado, y con ello, se destruiría a sí mismo. Quizá llegue un día, en que Dios se conozca a sí mismo, ese día el hombre estará unido a Él en su presencia, no en fractales, no con la sensación de separación que hoy experimentamos.