21/04/2025
Mis caminantes:
En una publicación anterior, repasábamos la importancia de Juárez después de Juárez. Entre las energías que han sobrevivido al Benemérito, se encuentra esta que, aunque colada en bronce en los años 1960, en realidad tiene su origen décadas antes.
El enorme escultor Enrique Alciati (aparentemente en colaboración con Luis Ortiz Monasterio -a veces equivocadamente citado 'Moreno') la concibió en 1891 (no he podido localizar si es que hubo un Juárez colado en esa fecha), y esta pieza que se encuentra en Naucalpan, frente al Palacio Municipal, como dijimos antes, reubicada a unos metros en 2024, más cercana al Periférico, es una de varias reproducciones realizadas (cantidad no conocida), de las cuales una se halla, ni más ni menos, en Washington, DC, capital del vecino del Norte.
Aunque las fotos (Caminante Urbano, abril 2022) son justo de espaldas -complementar con la anterior imagen, también del Caminante- puede verse la calidad de la escultura. Alciati, un italiano nacido en Francia, fue un talentoso y productivo escultor clásico moderno. Aquí lo conocemos todos, aunque pocas veces reparamos en que es el autor del Ángel y varios de los blanquecinos mármoles y bronces (león incluido), los heroicos grupos escultóricos al pie de la Columna de la Independencia.
Enrique (o Enrico) también participó en Bellas Artes con Adamo Boari y en lo civil trabajó para el edificio de La Mexicana de Seguros (tienda Zara de Madero e Isabel La Católica), donde seguramente colaboró con el arquitecto Genaro Alcorta, por ahí de 1905, colocando piezas en los remates de la conocida fachada ochavada o en pancoupé.
Más de Alciati se ve desperdigado en varias estatuas de caudillos sobre Avenida Reforma (modeladas en la última década del siglo XIX), palabra que en estas efigies de Juárez se graba en el libro que sostiene y que sus Leyes dan nombre a ese bello boulevard.
En esa época, el maestro fraguó a este Juárez, del que por lo menos se vaciarían dos ejemplares, uno el aquí presentado, con años de distancia y muy posteriores a la existencia de su autor.
Para cerrar la sorprendente historia de las estatuas gemelas (sino que cuatrillizas) tomé también un par de capturas de Google Maps (Google, 2023) para también traerles la buena nueva de que en la capital estadounidense se le ha respetado el derecho ajeno y conservado muy bien desde 1964, en la Virginia Avenue NW, en medio de una semirotonda, identificado como "Pablo Benito Juarez (sin acento) Memorial", ¿qué no era Benito primero y Pablo después?
Este monumento se erigió en correspondencia al Lincoln de Polanco (El Caminante ya lo ha publicado), regalo de Lindon B. Johnson a López Mateos (1966), correspondido en el año olímpico 1968 por Díaz Ordaz al mismo Johnson.
La versión mexicoamericana se ubica exactamente frente al hotel Watergate, tristemente célebre por el escándalo que costó a Nixon la presidencia de aquel país, a pocas cuadras de la Casa Blanca.
En su base se lee: "THE PEOPLE OF MEXICO TO THE PEOPLE OF THE UNITED STATES", y seguido de la inmortal frase: "RESPECT FOR THE RIGHTS OF OTHERS IS PEACE".
Me gusta más cómo suena en español, pero respeto su traducción igualmente contundente.
¡Felices pasos!
(Texto y Fotos: Caminante Ubano 2022-2025, excepto Google, 2023)