24/08/2024
𝟰4 𝗔𝗻𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗮𝗿𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗰𝘂𝗹𝗺𝗶𝗻𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗚𝗿𝗮𝗻 𝗖𝗿𝘂𝘇𝗮𝗱𝗮 𝗡𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗔𝗹𝗳𝗮𝗯𝗲𝘁𝗶𝘇𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 - Irma Rebeca Franco -Periodusta.
El 23 de agosto de 1980, regresaron los muchachos y muchachas de alfabetizar a todo un pueblo que emprendía el comienzo de su liberación ya no con las armas, sino con los cuadernos y lápices, dando cumplimiento al mandato del comandante Carlos Fonseca Amador, padre de la revolución popular sandinista: “Y también enséñales a leer”.
Este año se cumplen 44 añis de la culminación de la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización.
Para el maestro Orlando Pineda, presidente de la Asociación de Educación Popular Carlos Fonseca Amador (AEPCFA), la alfabetización es una tarea permanente.
La Campaña Nacional de Alfabetización en español terminó oficialmente el 23 de agosto de 1980; sin embargo, el 30 de septiembre comenzó la alfabetización en inglés criollo, miskito y sumu o sumo, con el objetivo de alfabetizar a más de 16 500 nicaragüenses en la Costa Caribe de Nicaragua.
La Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA), llamada “Héroes y mártires por la liberación de Nicaragua”, reunió a trabajadores de la salud, asesores pedagógicos, conductores, oficinistas, amas de casa, estudiantes y maestros de todos los sectores educativos (primaria, secundaria, universidad) con el propósito no solo de combatir el analfabetismo imperante, sino de mostrar el entusiasmo, disposición y compromiso de la juventud revolucionaria.
El método de enseñanza utilizado en la CNA fue inspirado en modelos y experiencias de nuestros hermanos cubanos, así como en el trabajo realizado por el pedagogo Paulo Freire. El método final se consolidó en el cuaderno de lectura y escritura “El Amanecer del Pueblo”, el cual contenía veintitrés temas ligados a la realidad nicaragüense.
La consigna ¡Puño en alto!, ¡Libro abierto! despierta en la memoria de toda una generación el sentimiento de melancolía.
La Cruzada desde el punto de vista individual marcó la impronta de los y las protagonistas de esa gesta. Esta experiencia los hizo conocer la cotidianidad de las familias del campo, sus creencias, costumbres, hábitos y sus relaciones interpersonales. De igual forma, trajo consigo un proceso de trasformación humanística en donde se pusieron en práctica valores como la humildad, la solidaridad, la equidad, el respeto, la responsabilidad, la unidad y el amor.