18/06/2025
El efecto dominó de la IA agentiva
Hasta hace muy poco, la inteligencia artificial —incluso la IA generativa— se concentraba en producir contenido bajo demanda, responder preguntas, redactar correos, resumir documentos, generar imágenes o videos, escribir líneas de código o simular conversaciones. Aunque sorprendentes, estas acciones eran reactivas: la IA esperaba instrucciones humanas para actuar, y su intervención terminaba al entregar una respuesta. Útil, sí, pero confinada a un rol de asistente pasivo. Pero esto ha cambiado. En los últimos meses, una nueva generación de IA ha empezado a ser capaz de tomar decisiones, ejecutar acciones y coordinar tareas sin necesidad de supervisión humana. No hablamos de una evolución técnica más, sino del nacimiento de los agentes inteligentes: sistemas autónomos capaces de actuar con propósito.
¿Qué es la IA agentiva y por qué importa ahora?
La IA agentiva representa un cambio radical en el paradigma de la inteligencia artificial que hemos visto hasta ahora. Mientras que la IA generativa produce contenido (textos, imágenes, video, código) en respuesta a una instrucción humana, la IA agentiva no espera órdenes: observa, decide y actúa por sí misma para alcanzar objetivos definidos. Es proactiva, persistente y adaptable. Es decir, tiene agencia (capacidad de actuar).
El auge de la IA agentiva plantea desafíos nuevos: desde la necesidad de diseñar marcos éticos más robustos hasta asegurar la transparencia, trazabilidad y control de sus decisiones. También obliga a repensar la gobernanza de la IA, los límites de su autonomía y el papel del humano en el proceso. En SONDA, ayudamos a las organizaciones a integrar estas capacidades a través de acompañamiento en la identificación de procesos de negocio cuya automatización genere mayor impacto, soluciones de inteligencia artificial, y plataformas y ciberseguridad para el escalamiento de los casos de uso a nivel corporativo, preparando sus operaciones para este nuevo paradigma.