15/07/2025
🛑🛑🛑OJO 👁 La medicina en el sistema capitalista, se ha industrializado. Es medio de producción que, al estar en manos privadas, actúa como instrumento de explotación humana. Tal es el caso de las clínicas y consultorios que, en realidad, son fabricas o bazares dónde se vende salud a quienes pueden pagar su alto precio. En consecuencia, solo tienen a su disposición servicios médicos de primera categoría a los miembros de la clase dominante; es decir los ricos y sus familiares. La medicina de segunda categoría es para la población económicamente activa o sea para los obreros, empleados y profesionales que la industria necesita para hacer más ricos a los ricos. No hay ninguna medicina occidental para los campesinos ni para los hijos, la mujer y los padres de la clase trabajadora. Para ellos para ellos solo se reserva la remota posibilidad de encontrar cama en un hospital del estado o la muerte sin más compañía que las lágrimas de los suyos. Quienes no pertenecen a la población económicamente activa, como no producen plusvalía porque son tiernos, débiles o desempleados, no tienen derecho a vivir. Esa es la ley del sistema.
El mercantilismo de la medicina capitalista ha llegado, en realidad, a términos exagerados y grotescos. Casi no hay persona que no conozca casos o no haya Sido víctima de médicos traficantes de la salud y el dolor humano. Se extirpan amígdalas sanas, se prolongan enfermedades, se provocan otras, se cobra por analisis que no se realizan, se transfiere al paciente a otras especialidades para cobrar comisión, se venden muestras médicas gratuitas, etc. La cadena no tiene fin. Se cometen mil atropellos en nombre de la ciencia y la técnica. La verdad es que a más capitalismo hay más explotación.