21/10/2025
| LA EVOLUCIÓN NATURAL DEL “CAVIAR” PERUANO: Fernando Rospigliosi Capurro representa uno de los virajes ideológicos más notorios de la política peruana contemporánea. Formado en el pensamiento marxista durante las décadas de 1960 y 1970, militó activamente en Vanguardia Revolucionaria, un partido de izquierda radical comprometido con las luchas obreras y populares. Desde su labor académica y periodística en medios como Amauta y el Instituto de Estudios Peruanos, defendió ideales progresistas y socialistas, denunciando la desigualdad estructural y la represión estatal. En esos años, Rospigliosi era identificado con la izquierda intelectual peruana y se mostraba como un férreo opositor del autoritarismo y la corrupción en el poder.
Durante el régimen de Alberto Fujimori (1990–2000), su postura crítica se intensificó. Rospigliosi denunció sistemáticamente los abusos de poder, la manipulación de las Fuerzas Armadas y las violaciones de derechos humanos perpetradas por el gobierno fujimorista y su asesor Vladimiro Montesinos. Desde revistas y diarios como Caretas o La República, y en libros como Montesinos y las Fuerzas Armadas, fue una de las voces más firmes en defensa de la democracia liberal. Por ello, su nombre se asoció durante años a la prensa independiente y al llamado sector “caviar”, una etiqueta despectiva y de burla usada por los conservadores contra los intelectuales progresistas.
Sin embargo, tras su paso por el Ministerio del Interior durante el gobierno de Alejandro Toledo, su trayectoria empezó a virar. Los cuestionamientos a su gestión, especialmente por la represión en el “Arequipazo”, y su salida del cargo marcaron un punto de inflexión. Años después, en medio de una creciente polarización política, Rospigliosi adoptó un discurso cada vez más conservador y alineado con la derecha autoritaria. En 2020, se reveló que su consultora recibió pagos de Keiko Fujimori, lo que evidenció su acercamiento al fujimorismo. De opositor histórico, pasó a convertirse en uno de sus principales defensores, argumentando que lo hacía por una “lucha contra la mafia caviar” y el comunismo.
Hoy, como congresista de Fuerza Popular y presidente de la Comisión de Constitución, Rospigliosi impulsa reformas consideradas regresivas por diversos analistas, pues debilitan la institucionalidad electoral y favorecen la concentración de poder en el Congreso. El mismo hombre que en los años noventa calificaba a Fujimori de dictador y corrupto, hoy reivindica su legado e incluso celebra la restitución de su nombre en la Constitución. Este cambio de postura, de marxista a conservador fujimorista, refleja no solo su transformación personal, sino también la volatilidad ideológica de ciertos sectores políticos peruanos, donde las antiguas convicciones pueden ceder ante las conveniencias del poder, los intereses personales y el contexto político.
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