
11/01/2025
RED DE SOMBRAS: EL ESCÁNDALO QUE ENVUELVE A QALI WARMA Y A LA PRESIDENCIA DE DINA BOLUARTE"
En los pasillos del poder, los negocios oscuros parecen encontrar siempre una rendija por donde colarse. El programa de alimentación escolar Qali Warma, ahora rebautizado como Wasi Mikuna, es el escenario de un explosivo escándalo de corrupción que involucra millones de soles, influencias políticas y una red de amistades cuestionables con vínculos directos a la presidenta Dina Boluarte.
UN SISTEMA DE FAVORES DISFRAZADO DE CONTRATOS
Proveedores del programa han destapado un esquema turbio de corrupción que apunta directamente a personajes cercanos al círculo de la presidenta Boluarte. Entre ellos, Víctor Torres Merino, autodenominado amigo de Dina y Nicanor Boluarte, y Eler Boado Valderrama, empresario que, en sociedad con Nilo Burga Malca, ganó ocho contratos en 2024 por la escandalosa suma de S/24.8 millones bajo el nombre del Consorcio NTPUMASAC.
“Eler Boado nos ofreció solucionar problemas a cambio de dinero”, afirmaron proveedores entrevistados por La República. Según los denunciantes, Boado presumía de su cercanía con Víctor Torres Merino, a quien describía como el “hombre de confianza” de la presidenta, capaz de mover influencias en Qali Warma y el Midis.
UN PRECIO POR LOS FAVORES
El testimonio de los proveedores es contundente. Durante una controversia en 2021, Boado supuestamente ofreció a sus colegas “resolver la retención de garantías” a través de Torres, a cambio de un pago de 5,000 dólares por empresa. “¿Por qué íbamos a pagar por algo que era nuestro derecho?”, cuestionaron indignados los empresarios, quienes se negaron a participar en el esquema.
Esta no sería la única vez que Boado ofreció los servicios de Torres. Según los testimonios, cuando Qali Warma enfrentaba problemas de abastecimiento, Boado aseguraba que Torres podía “ajustar las fichas técnicas” para favorecer sustituciones de productos en las licitaciones.
NEGACIONES SOSPECHOSAS Y LA RED DE PODER
Eler Boado niega cualquier vínculo con Torres. “No lo conozco ni he recurrido a él para solucionar problemas con Qali Warma”, afirmó en un cuestionario enviado al diario. Sin embargo, los registros y testimonios pintan un panorama diferente. Torres ha confesado ante la fiscalía que fue contratado en Qali Warma gracias a la intervención directa de Nicanor Boluarte, hermano de la presidenta.
Por su parte, el abogado de Dina Boluarte, Juan Carlos Portugal, ha tratado de minimizar las acusaciones, indicando que estas forman parte de otras investigaciones fiscales y no de las que involucran a la presidenta como exministra del Midis. Sin embargo, las piezas encajan de forma inquietante: un “amigo” con influencias, contratos millonarios y un esquema que favorece a empresarios cercanos.
LOS WAYKIS EN LA SOMBRA
El caso ha sido bautizado como “Los Waykis en la Sombra”, un nombre que evoca la red de favores y amistades que parecen operar detrás de bambalinas en el gobierno de Boluarte. Torres, ahora colaborador eficaz, es una figura clave para desenredar el caso, y su testimonio podría hundir a más de un alto funcionario.
Noemí Alvarado Llanos, excolaboradora de Nilo Burga y testigo en el caso, denunció haber sido presionada para ofrecer información falsa. Según la fiscalía, esta presión habría sido coordinada por actores cercanos al gobierno, lo que plantea preguntas aún más preocupantes sobre el alcance de la red.
UN SISTEMA BAJO LA LUPA
El escándalo no se limita a los contratos. También revela un sistema plagado de prácticas corruptas que incluyen influencias políticas, obstrucción a la justicia y tráfico de favores. La participación de Torres en Qali Warma y los vínculos de Boado y Burga con el programa han colocado a Dina Boluarte en el centro de un huracán político.
¿Y LA PRESIDENTA?
Mientras tanto, Boluarte guarda silencio. Su abogado insiste en que las acusaciones son infundadas y que ella no tiene conexión directa con las irregularidades. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿cómo es posible que un programa nacional de alimentación, diseñado para ayudar a los escolares más vulnerables, se haya convertido en un semillero de corrupción y favores políticos?
LA CIUDADANÍA EXIGE RESPUESTAS
El caso “Los Waykis en la Sombra” es más que un escándalo; es un reflejo de un sistema político que parece estar más interesado en el lucro personal que en el bienestar colectivo. Los ojos están puestos en la fiscalía y en las autoridades competentes para que se investigue a fondo y se sancione a los responsables, sin importar cuán alto lleguen las conexiones.
El Perú merece un gobierno transparente, y los niños de Qali Warma merecen algo más que un sistema manchado por la corrupción. ¿Habrá justicia o seguirá reinando la sombra de los Waykis?
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