
25/09/2025
JUSTICIA PARA KIMBERLIT...
Hoy, después de más de un año de la tragedia que me arrebató a mi hija, el dolor de no tenerla sigue intacto, pero también crece la indignación. Hoy, en la audiencia de apelación, el asesino confeso de mi hija, después de haber reconocido su crimen, ahora tiene la osadía de decir que es inocente. Él, quien nos arrebató la vida de Kimberlit Maricielo Tapia Ortiz, ahora quiere ser libre, ¿por qué? ¿Porque considera que lo que hizo no fue un feminicidio, sino un simple homicidio? ¿Cómo puede reducir a eso lo que le hizo a mi hija, a una mujer, a una persona con sueños, con vida por delante. Por matar a una mujer, por arrebatarle la vida a alguien solo por su género, ya es un feminicida. No importa cuánto intenten disfrazarlo, no vamos a permitir que se niegue la verdad, ni que se minimice lo que hizo. Lo que él hizo fue feminicidio, y no lo vamos a dejar pasar. Esto no es solo un crimen de as*****to; es un acto de violencia de género, y se le debe tratar como tal. A lo largo de este año, hemos tenido que enfrentar la negación de la realidad, los retrasos en el proceso judicial, y la constante revictimización de nuestra hija. Aun así, no hemos encontrado justicia, y lo que más duele es que a pesar del tiempo, las promesas de un juicio rápido y una sentencia justa, todavía estamos aquí, esperando que se haga justicia. Lo que más me duele es que los abogados de este hombre, algunos de los cuales fueron incluso jueces y procuradores, tratan de manipular el sistema para que él salga libre, para que se minimice el daño que causó. Es injusto que, como padres, tengamos que luchar tanto para que se haga justicia por la vida de nuestra hija. Parece que en este país, las mujeres, las madres, no importamos lo suficiente. Pero, a pesar de todo, seguiremos luchando. No vamos a dejar que el dolor de perder a una hija se quede en el olvido. No vamos a permitir que el as*****to de Kimberlit Maricielo se convierta en un número más en las estadísticas. Ella tenía derecho a vivir, a cumplir sus sueños, y a estar con nosotros. A las autoridades, a los jueces, les pido, por favor, que no sigan permitiendo que esto se haga más largo, que no sigan postergando lo inevitable, la justicia debe prevalecer. El feminicidio no puede quedar impune.
Hoy, como padres, les pido que piensen en nosotros, los que estamos aquí, luchando no solo por nuestra hija, sino por todas las mujeres que sufren violencia, que temen por sus vidas, que no encuentran justicia. Si algo hemos aprendido de todo esto, es que la lucha no puede parar.
Miguel Angel, Tapia Ramos. Padre de Kimberlit Maricielo, Tapia Ortiz.