15/11/2025
🚀 El cohete R-5M: el inicio del poder nuclear soviético
En plena Guerra Fría, cuando el mundo vivía bajo la sombra de una posible confrontación nuclear, la Unión Soviética dio un paso decisivo en su carrera armamentista. El 21 de junio de 1956, se adoptó oficialmente el cohete R-5M, el primer misil soviético capaz de portar una carga nuclear. Este avance no solo fue técnico, sino también estratégico: se convirtió en un símbolo del poderío militar soviético y en una herramienta clave para disuadir a Occidente.
El R-5M, también conocido como "Pobeda" (Victoria), era una evolución del cohete R-5, diseñado por el legendario Sergéi Korolyov, padre del programa espacial soviético. A diferencia de sus predecesores, este nuevo misil incorporaba un sistema de guiado inercial combinado con comandos por radio, lo que mejoraba notablemente su precisión. Además, sus componentes críticos fueron duplicados para garantizar la fiabilidad en condiciones extremas.
Este misil de una sola etapa, con un alcance de hasta 1.200 km, podía transportar una ojiva termonuclear de hasta 1 megatón, lo que lo convertía en una amenaza seria para cualquier objetivo en Europa. Su motor, el RD-103M, fue desarrollado por Valentín Glushko, mientras que el sistema de control estuvo a cargo de Nikolai Pilyugin. El equipo de lanzamiento terrestre fue obra de Vladímir Barmin, y los instrumentos de mando fueron responsabilidad de Viktor Kuznetsov.
En ese mismo año, el fue desplegado en unidades de misiles estratégicos, incluyendo aquellas estacionadas en la República Democrática Alemana (RDA), lo que aumentó la presión sobre los países de la OTAN. Este despliegue marcó el inicio de una nueva etapa en la doctrina militar soviética, donde la disuasión nuclear se convirtió en un pilar fundamental.
El desarrollo del R-5M fue posible gracias a la experiencia acumulada por los ingenieros soviéticos tras estudiar la tecnología alemana de cohetes V-2 al final de la Segunda Guerra Mundial. En menos de una década, la URSS pasó de copiar diseños extranjeros a liderar el desarrollo de misiles balísticos de medio alcance.
Hoy, el R-5M es recordado como un hito en la historia militar y tecnológica de Rusia. No solo abrió el camino para futuros misiles intercontinentales, sino que también consolidó la posición de la URSS como superpotencia nuclear.