23/06/2025
LA DURA REALIDAD DE UN NIÑO QUE TRABAJA COMO ESCL4VO EN LAS CALLES DE CAJAMARCA
No les diré su nombre, ni tampoco en dónde trabaja o estudia. Ese fue el trato para poder narrar esta historia.
- El niño tiene 10 años. Por azares del destino no sabe cómo vive con una señora a la que él la considera como su madre.
- Él recuerda que esa señora le atendía cuando era más pequeño. Como a todo niño le brindaba protección.
- Cuando iba creciendo, la señora empezó a maltratarlo. El niño no entendía esa actitud.
- La matriculó en una escuela y al regreso de las clases ayudaba a su "madre" a escoger la chatarra que había en un corral grande.
- La señora no le permitía juntarse con otros niños para jugar. Siempre le obligaba a trabajar.
- Por las noches el pequeño dormía a las 11: 00 pm. Muchas veces sin comer.
- Por la mañana la señora lo levantaba muy temprano para bañarse con agua fría y mandarlo a la escuela.
- El pequeño niño solo obedecía. Muchas veces va a la escuela sin desayunar.
- En los recreos solo le queda mirar como los demás niños comen de sus loncheras.
- "Mi mamá me pega si no termino de vender esta bolsa de caramelos", me dice con la voz triste y con los ojos brillosos de lágrimas.
- Dame toda la bolsa y toma el dinero, le respondo.
- La acción pareciera llenarle de alegría. El pequeño se siente feliz, pues considera que es su mayor venta, quizá acompañado con un poco de suerte.
- Mientras guardo la bolsa en mi mochila, el niño me dice que no desea irse a su casa. "Ya no quiero ir a mi casa, mi mamá me quita la plata y me bota de la casa", dice.
- Poco a poco la historia se vuelve más interesante. ¿Y tus hermanos?, le pregunto. No tengo hermanos, me responde.
- Vestía con su uniforme de la escuela, el cuello luce sucio, sus manos sudorosas.
- ¿Tuviste educación física no?, le pregunto. No tuve pero jugué pelota con mis compañeros, dice.
- ¿Y tú papá dónde está?, le pregunto. Mi mamá dice que mi papá ha mu**to, me responde.
- Que pena pensé.
- El niño me cuenta que vende caramelos en los puntos de alto tránsito de la ciudad.
- Algunos compran, otros le gritan "Dile a tu viejo que trabaje".
- Cuando me dice su nombre y sus apellidos, su apellido materno no coincidía con el de su madre.
- Sentía preguntarle pero no quería hacerle sentir mal. De pronto me dice. "Creo que la señora que dice que es mi mamá no es mi mamá".
- No sabía que responder. Su afirmación me dejó en silencio.
- Pero cómo vives con ella?, le pregunto.
- No sé, los vecinos dicen que esa señora no pudo tener hijos y buscaba que alguien le regalara un niño, me dice.
- Historias similares hay muchas, así que no dudé en seguir la conversación.
- La señora alguna vez en medio de su molestia le habría dicho que no es su madre. Esa versión más la afirmación de los vecinos levantó curiosidad en el niño.
- La señora tiene familiares que la visitan y nadie es capaz de darle cariño al pequeño.
- Nadie le trata como a un sobrino o como a un primo.
- Mientras ellos se divierten, el niño lava la ropa, cocina y barre.
- ¿Tu puedes ayudarme a encontrar a mi mamá?. Tú eres la prensa, me dice leyendo mi chaleco.
- Tu crees que la prensa hace eso?. Le respondo. Mis compañeros dicen que sí ayudan, me asegura el niño.
- Pienso que el niño ya tiene planes para huir de la casa de esa señora. Con todo lo que me dice puedo deducir que ha tomado la iniciativa de buscar a sus verdaderos padres.
- Vende caramelos en una transitada avenida de la ciudad. A veces limpia las parabrisas y otras veces practica para hacer malabares.
- El Día de la Madre pasó como cualquier día, trabajó duro para llevarle un regalito a su madre.
- Quieres que publique tu historia para encontrar a tu mamá?, le pregunto.
- Si pero no digas mi nombre. Sino mi mamá me puede pegar, dice.
- En varias ocasiones aquella señora lo ha lastimado las espaldas a golpes, sus vecinos escuchan todo y nadie hace nada.
- Aquel pequeño que al parecer fue regalado por sus padres cuando tenía 2 años sueña con ser policía.
- Dice que siendo policía cuidaría a todos los niños para que nadie les pegue.
- Si mi mamá no es mi mamá quiero encontrar a mi verdadera madre, dice.
- Voy a escribir tu historia sin tocar tu nombre, está bien?, le pregunto.
- Ya, pero me enseñas, me dice.
- Le devuelvo los caramelos, pero no le pido el dinero.
- Me retiro de su lado y el niño se sienta en una banca .
- De lejos me mira, me alza el dedo pulgar y me despide.
- Conocer historias como estas, hace que uno valore el haber crecido en el seno de una bonita familia.
- Mientras uno es feliz junto a sus seres queridos, muchos ni siquiera saben del verdadero amor de los padres.
- Pronto te daré datos del niño y de quienes está buscando.