10/07/2025
¿𝐏𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞́ 𝐧𝐨 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐜𝐚𝐥𝐥𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐧 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐞𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐞𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐈𝐝𝐞𝐧𝐭𝐢𝐝𝐚𝐝❓
Kunturhuacho, Inés Huaylas Yupanqui, Huatacalle, José Malca Landavery, etc.
En la ciudad de Caraz, capital de la provincia de Huaylas, una de sus principales avenidas lleva el nombre de "20 de Enero", en conmemoración de la batalla de Yungay, ocurrida precisamente ese día en 1839. Dicho enfrentamiento marcó la disolución de la Confederación Perú-Boliviana, promovida por el mariscal Andrés de Santa Cruz y disuelta por el general Agustín Gamarra, líder del Ejército Restaurador.
Para Chile, la batalla de Yungay representa uno de los hitos más importantes de su historia republicana, pues selló su influencia sobre el Perú, asegurando el dominio económico de su oligarquía terrateniente sobre el mercado peruano, especialmente a través de productos como el trigo, al tiempo que neutralizaba una amenaza geopolítica: la Confederación.
Tal fue la magnitud de esta victoria que, en Santiago de Chile, una zona residencial lleva el nombre de Plaza Yungay; también existen el barrio Yungay en torno a esa plaza, la comuna Yungay en la región de Ñuble, y el conocido "Himno a la Victoria de Yungay", considerado por muchos como un segundo himno nacional.
La batalla fue dirigida por el general chileno Manuel Bulnes y, del lado peruano, por el general Ramón Castilla. Fue una contienda sangrienta contra las fuerzas confederadas, conformadas en su mayoría por peruanos leales a Santa Cruz, quienes fueron derrotados y masacrados sin piedad. Mientras Chile celebra esta victoria como un logro nacional, muchos biógrafos de Castilla silencian este episodio vergonzoso. No obstante, en Caraz aún perdura la “Avenida 20 de Enero”, instituida por Gamarra cuando aún era líder militar antes de asumir por segunda vez la presidencia del Perú.
Es momento de revisar esa errada decisión. También lo es de cuestionar el cambio de nombre de la histórica Región Huaylas —de profundas raíces preincaicas— por el de departamento de Áncash, designación que surgió precisamente en recuerdo de esta batalla librada cerca de un caserío y un río llamados Yungay.
El nombre de una avenida puede y debe ser replanteado por las autoridades ediles actuales como acto de justicia cultural. ¿Por qué no honrar a la gran cacica Kunturhuacho, o a su ilustre hija Inés Huaylas Yupanqui, madre de doña Francisca Pizarro Yupanqui, la primera mestiza del Perú? Sería un gesto de recuperación de nuestra identidad ancestral.
Caraz y Huaylas recuerdan cada año a sus ancestros en la Fiesta de la Ñusta de Huaylas, expresión de alto valor histórico y turístico, por la riqueza de sus danzas, vestimentas y tradiciones. Ha llegado el momento de revisar la historia con mirada propia y renombrar aquella avenida que celebra el triunfo de un país que ha intervenido en los asuntos internos del Perú desde mucho antes de la Guerra del Pacífico.
Es hora de restituir el nombre del Departamento de Huaylas. Devolverle a nuestras calles los nombres de nuestros ancestros y de aquellos personajes notables que honran nuestra memoria colectiva.
Lima, 10 de julio de 2025
Roberto Rosario Vidal