
02/10/2025
Si el Caso del Partido Político fue muy sonado en esa época, la presunta Red Criminal que estaría a punto de caer en dará mucho más de que hablar no solo a nivel Regional sino Nacional.
Muchos Ferreñafanos no se imaginan todo lo que están haciendo
Sin temor a equivocarme; el caso de Beto Torres terminará siendo un Chancay de 0.10 centavos cuando el Ministerio Público - Distrito Fiscal de Lambayeque entre de lleno a investigar la Municipalidad Provincial de Ferreñafe y se destape todos los casos. Hasta la fecha solo se ha descubierto un 10% aún falta el 90% restante.
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Peores que los 40
ladrones de Alí Babá
Por: Juan Guerrero
Ayer se cumplió once años de la caída de uno de los alcaldes más corruptos de la historia de Chiclayo, quien desde que asumió el poder, instaló una auténtica banda de hampones, que se dedicaron a exprimir las escuálidas arcas de la municipalidad provincial, para darse la gran vida, resultando más pillos que los cuarenta ladrones de Alí Babá, quienes estarían rojos de vergüenza si conociera a esta caterva de delincuentes de s**o y corbata.
El cabecilla de esta organización era nada más y nada menos, que el mismísimo alcalde Roberto Torres Gonzales, más conocido como “Beto”, quien caminaba de la mano, incluidos besos y abrazos, con su pareja Katyuska del Castillo, quien, con su singular belleza, cautivó al burgomaestre, que ebrio de amor y codicia, por poco le pone ruedas al edificio, ubicado frente al Parque Principal.
La pareja y de paso la “suegra” de la autoridad edil, se habían convertido en los mandamases de la comuna, a cuyo alrededor giraban, no un staff de funcionarios honestos, sino una sarta de profesionales del ayayerismo a su jefe y a Katyuska, a quien también le decían “La Jefa”, pero sobre todo, estaban ávidos de poder y codicia.
El día que la policía desarticuló a la organización criminal “Los Limpios de la Corrupción”, no solo cayó “La Jefa”, sino también algunos familiares de “Beto”, caso de su hermana Vilma y sus primos Humberto Llamo Torres y Víctor Gonzales Torres, su yerno Mario Lozano Zavala, marido de su hija mayor Natalie.
No solo ellos fueron con sus huesos a la cárcel, sino también su “suegra”, Melba Muro y casi todos sus funcionarios, quienes se habían convertido en los nuevos ricos de Chiclayo, pues comenzaron a comprar vehículos, casas, terrenos departamentos en urbanizaciones “chic”, entre otros lujos. Todo producto de los cupos exigidos a empresas constructoras o a dueños de negocios, que querían anular multas u obtener licencias o autorizaciones sin trámites engorrosos.
Han pasado once años y Beto Torres, yace muy enfermo en la fría penitenciaría, añorando los días, en que todos se le inclinaban y disfrutaba de las caricias de Katyuska, quien ahora, tras salir de prisión, goza de su libertad, lejos del “viejecito”, que la colmaba de regalos, como lujosos zapatos, carteras y perfumes caros.
Mientras tanto, sus otrora poderosos y soberbios funcionarios, varios de los cuales aun continúan en el Penal de Picsi, también sufren de diversas enfermedades y solo anhelan la ansiada libertad.