
06/05/2025
Cuando la fe se volvió imperio
Pedro fue un humilde pescador llamado por Jesús para ser un pastor de almas, no un líder político. En los Evangelios y los Hechos, nunca se llamó a sí mismo "Papa", ni fundó una institución como la conocemos hoy. Su rol fue el de guía espiritual, alguien que servía, predicaba y moría por su fe.
Con el paso de los siglos, sin embargo, el cristianismo fue tomando una forma muy distinta a sus raíces. En el siglo IV, cuando el emperador Constantino legalizó y luego impulsó el cristianismo como religión del Imperio, muchas cosas cambiaron. La fe que comenzó en las catacumbas pasó a ocupar templos imperiales. Lo que antes era comunidad, ahora se organizaba como institución.
Es en este contexto que surge el uso del término "Papa" y se consolida una jerarquía que no existía en tiempos de Pedro. Muchos cristianos de la época no aceptaron esta nueva forma impuesta de practicar la fe. Se calcula que más de 40 mil fueron ejecutados por no someterse al cristianismo oficial promovido por Roma.
Estas son partes de la historia que a veces se omiten, pero que vale la pena conocer. No para dividir, sino para entender. Porque conocer los orígenes nos permite valorar lo esencial: una fe que nació del servicio, no del poder.