01/08/2025
🟪🟦🇵🇪 Audios filtrados revelan pugnas, traiciones y favoritismos en la prefectura de Cajamarca
✍🏽 Prefecto Silver Pérez salpicado por audios que revelan pugnas internas en Cajamarca
La crisis en la prefectura regional de Cajamarca continúa escalando. A las ya conocidas cartas del ex prefecto Noriel Chingay involucrado en el caso "Los Waykis en la Sombra", dirigidas a la presidenta Dina Boluarte, revelan que la prefectura habría sido convertida en un bastión político al servicio del ministro de Salud, César Vásquez, y del congresista Segundo Quiroz, ambos de Alianza para el Progreso. Ahora se suman audios filtrados —esta vez por personas cercanas al prefecto regional Silver Pérez Alarcón— que exponen con crudeza los roces, traiciones y favoritismos que minan la institucionalidad de las subprefecturas en la región. Los audios filtrados pertenecerían a la ex subprefecta distrital de Cochabamba, Chota, Luz Marina Gonzáles Gonzáles.
En uno de los fragmentos, la voz relata entre risas y molestia: “Te cuento, amiga, que conversé con el de Chiguirip, también con el de Anguía, y recién con la secretaria… Me contaron que el bandido ese —el de allá— ha reclamado por el Silver. Dice que si nos van a botar, que por qué hacernos gastar para ir hasta Cajamarca y vuelta a Chota. Y Silver se salió del grupo”. La expresión evidencia no solo malestar, sino una sensación de abandono y arbitrariedad en la toma de decisiones por parte del prefecto regional, Silver Pérez.
En otro audio, se narra que “el de Anguía” habría reclamado por haber sido excluido del reparto de medallas, afirmando: “¿Yo pa’ qué quiero medallas si ya no estoy en el cargo? Yo quiero mi plata”. El comentario, además de revelador, sugiere un uso clientelista de reconocimientos y recursos públicos como moneda de cambio dentro del aparato político.
En otro audio se menciona lo que dice el subprefecto de Chiguirip: “Este es un sinvergüenza. Yo que le he servido todo, doña Mari, así me paga el traicionero. Incluso he ido hasta Lima para que me regrese, llevé todo el documento. Solo faltaba el visto bueno de la prefectura, y Silver no me lo dio”. El relato deja en evidencia la sensación de injusticia y arbitrariedad con la que se estarían realizando las remociones de funcionarios.
Las tensiones no se detienen ahí. “Están bien molestos los de Chiguirip y los de Anguia peor”, dice la voz. “Don Josecito me dijo: ya pues, ya me cesó el de Cajamarca, yo que pensaba llevarle su whiskey este mes, pero ya veo que no ha sabido valorar la amistad”, añade, confirmando que muchos subprefectos esperaban mantenerse en el cargo no por su desempeño, sino por vínculos personales.
En otra conversación, se alude directamente a la consolidación de ciertos subprefectos en el cargo por razones políticas y familiares: “La de Querocoto está bien amarrada. Es fundadora de la "A", dice, en referencia a Alianza para el Progreso, el partido del ministro César Vásquez y el congresista Segundo Quiroz. “Igualito el de Chalamarka, el de Paccha, el de Huambos… esos son intocables. Son familia, están amarrados con la de Querocoto. Difícil que los toquen”. Las frases refuerzan la tesis de que APP estaría utilizando las prefecturas como plataformas de control político, a espaldas de la legalidad y la meritocracia.
Los audios, lejos de ser simples rumores, confirman desde adentro el uso político y partidario de los cargos públicos. Varios fragmentos aluden a la purga de autoridades: “Ya sacaron a veinte, ahora van a sacar a diez más. Posiblemente también ya me vaya yo”, se escucha decir. Pese a ello, se intenta mantener un tono conciliador: “Lo importante es que la amistad debe perdurar, aunque dejemos el cargo”.
La figura de Silver Pérez Alarcón, el actual prefecto regional, aparece como eje de estas decisiones políticas, muchas de las cuales se toman —según se desprende de los audios— al margen de criterios técnicos o meritocráticos. Este episodio plantea una pregunta clave: ¿hasta qué punto el Estado viene siendo utilizado como botín de guerra entre operadores políticos? Cajamarca, una región golpeada por el olvido, no puede seguir siendo escenario de estos juegos de poder. La prefectura es solo la superficie. Lo que yace debajo puede ser aún más turbio.
(Fuente: La Redacción)